Posible regreso de Buganza
•El sucesor de Érick Lagos
•En la lista, Marlon Ramírez
I
Hacia finales de año habrá el último ajuste y reajuste del gabinete legal del gobierno de Veracruz, entre otras sillas, la secretaría General de Gobierno, pues, se entiende, Érick Lagos se irá de candidato priista a la diputación federal por el distrito de Acayucan, llevando como suplente a la alcaldesa de Rodríguez Clara, Amanda Gasperín Bulbarela.
Y de acuerdo con la astróloga de los Llanos de Sotavento, los llamados por el Señor serían los siguientes.
Luis Velázquez
Uno, la posibilidad de que Gerardo Buganza Salmerón deje la secretaría de Infraestructura y Obra Pública y regrese a la SEGOB jarocha.
Dos, la posibilidad de que el subsecretario Marlon Ramírez sea ascendido, luego, incluso, de que por segunda ocasión camina en la dependencia.
Tres, la posibilidad, en todo caso, de “un tapado” como ha ocurrido siempre en la vieja cultura priista.
Y más luego de que Alberto Silva, director de Comunicación Social, se echara encima un frasco de incienso y jurara como mesiánico que su destino era continuar al lado del góber y terminar el sexenio, como vocero y/o como titular de la SEGOB y, bueno, ahora ha descubierto que el llamado de la patria es que sea diputado federal por el distrito de Tuxpan.
II
El regreso de Buga (como le llama Érick Lagos) sería posible si se considera, como afirma su biógrafo, que está descontento con una dependencia papa caliente, mientras en la SEGOB vivió los días más felices de su vida tanto panista como priista.
Y, bueno, la fuerza política del Opus Dei está fuera de duda.
En el caso de Marlon Ramírez, por ejemplo, hasta donde se sabe, aplicaría su institucionalidad; pero el legítimo sueño político de su vida ha sido y será siempre la presidencia municipal de Veracruz, que por cierto le fuera arrebatada en el fidelismo para entronizar a la favorita sexenal, la tuxtepecana Carolina Gudiño.
Muchas cositas, sin embargo, pudieran ocurrir de aquí pa”™tonces…
III
Se tratará de un tercer secretario de Gobierno en el momento político más alucinante del sexenio.
Primero, porque le corresponderá llevar como jefe político Al tercer secretario General de Gobierno corresponderá el cierre, cuando la relación política necesite de un zurcido fino que llegue, incluso, al nuevo equipo gobernante del gabinete la elección de los candidatos a diputados federales.
Y segundo, la elección del candidato a gobernador, sea la de seis años como establece la Constitución, sea la de dos años como sueña con su Maximato el góber fogoso.
Y, por tanto, el tercer titular de la SEGOB estará obligado a ganar el par de elecciones.
Y más, porque significaría el fin del mundo que el partido tricolor perdiera tanto el mayor número de curules federales como la gubernatura, luego de que Enrique Peña Nieto perdiera aquí la elección presidencial.
IV
Lo de menos sería que Érick Lagos dejara sucesor.
Pero, bueno, por ningún lado le da para tal, y segundo, se trata del camino más espinoso y pedregoso del sexenio.
El cierre, ni más ni menos.
Y el cierre porque el equipo duartista dejará el trono imperial y el zurcido ha de ser fino, con amarres por todos lados.
En el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior.
La Legislatura.
La Contraloría.
La Secretaría de Finanzas y Planeación.
Pero más, mucho más, con el equipo sucesorio. El nuevo gobernador y su gabinete legal y ampliado.
Y el zurcido, por tanto, ha de integrar todas las aristas geométricas y políticas.
Si el nuevo gobernador será afín a Duarte, el camino está allanado.
Pero si pertenece a otro pesebre, a otro equipo, incluso, nadie lo puede descartar, a un partido de oposición, la costura ha de ser más fina, más precisa, más puntual.
Y de tal operativo uno de los encargados es el secretario General de Gobierno.
Por eso la importancia de su nombre, su identidad, su trayectoria; pero más aún, de su lealtad al jefe máximo.