Secuestran niña en Coatzacoalcos
•Enardecidos, marchan contra góber y alcalde
Ignacio Carvajal
Coatzacoalcos, Ver.-
Cientos de personas, familiares, amigos, compañeros de escuela, de la menor Karime Cruz Reyes (5 años) marcharon por el primer cuadro de la ciudad y lanzaron consignas contra el gobierno de Javier Duarte de Ochoa y el de Joaquín Caballero ante la ola de inseguridad, secuestros, levantones y robos que priva pese al operativo blindaje Coatza-2014.
Karime Cruz Reyes y su tía, Mónica Cruz Baruch fueron plagiadas hace 47 días cuando la menor salía del colegio privado. Hoy docenas de padres y niños del mismo centro de estudios vinieron a la marcha. Y también de otros colegios se dieron espacio para portar cartelones, una camisa blanca y cartulinas con peticiones para que la niña se regresada con bien.
En este espacio fue que los padres de Karime, Alejandro Cruz, y Nora Reyes, recordaron la tragedia de la ausencia forzada de la niña. "Una pequeña que no le hace nada a nadie, una niña que tenía muchas ganas de vivir y ser feliz. Una niña que es la alegría de los dos en la casa", gritaba la desconsolada Nora por un altoparlante.
La marcha partió a las seis y media de la tarde y terminó cerca de las ocho de la noche con un plantón en el palacio. Los inconformes buscaban a Joaquín Caballero. "Da la cara, me fuiste a pedir el voto, ahora da la cara", le gritaban desde varias esquinas.
El alcalde no estaba. El asunto quedó en manos de su director de Gobernación, Oliver Damas, al que mismos compañeros de trabajo describen que tiene el mismo tacto y prudencia que los empleados de un motel de paso.
"Es que no somos responsables", dijo Oliver Damas en la primera interlocución con los que marcharon, en su mayoría, empleados de PEMEX, de la CFE, personas de clase media alta -a juzgar de la apariencia de la mayoría, gente con dinero, pues-.
"Sabemos que no, pero sí son corresponsables", le gritaron desde el fondo del mitin. "Eres un inútil, por qué mejor no renuncias. No sirves para nada", le replicaron.
"Queremos al alcalde, no al gato", le volvían a decir, enojados, los de la marcha.
El funcionario tomó el teléfono, manoteó y marcó con torpeza el número del alcalde y se lo pasó a los padres de la víctima. Solo tardaría unos 10 minutos en llegar. Poco. Pero ese lapso seguramente le pareció eterno pues le llovieron mentadas, insultos y toda clase de epítetos mientras contenía a los inconformes.
"Joaquín Caballero, estás despedidoooooooooo", vociferaba una de las inconformes más molestas. "Sí, no te queremos", le respondían desde otro extremo".
Por fin el alcalde se presentó. Se coló en medio de la turba y cuando estuvo a la vista, dio la impresión de que el fragor de unas 2 mil 500 gargantas vapuleándolo le acortaron más centímetros a su estatura.
Cabizbajo, buscando hacer a un lado a su incómodo secretario de Gobernación, Caballero atinó a dar besos y abrazos a los familiares de las desaparecidas. "Verdad que no es la inauguración de otra cancha de basquetbol... da la cara", no le paraban de gritar.
El actual hijo putativo consentido de Marcelo Montiel tuvo que "tragar sapos" y poner en marcha todas sus habilidades en política para "aguantar vara" mientras dialogaba con los padres. Finalmente, logró convencerlos de subir a su privado para intentar un enlace telefónico con el gobernador Javier Duarte de Ochoa. Solo así se apaciguó el pueblo al que hace menos de un año pidió el voto para la alcaldía.