Juan Antonio Nemi Dib, secretario de Salud, “el sueño que Javier Duarte me cumplió, aunque no sea médico”, maneja el escore y juega. Y juega bien, parece.

Por ejemplo: ha convencido al jefe máximo de que los hospitales públicos necesitan más y más y más inversión, a partir de un principio universal enseñado a la elite priista por Carlos Hank González, lí­der que fuera del grupo Atlacomulco del estado de México: “Entre más obra... más sobra”.

Así­, ha anunciado inversiones millonarias, todas en la opacidad, pues nunca ha rendido cuentas de la constructora y/o la empresa beneficiada fast track con la licitación.

Ahora, una vez más se queja de que los hospitales públicos tienen grandes deficiencias para así­ lograr más recursos y, bueno, ninguna duda habrí­a de que las licitaciones son transparentes; pero de igual manera tampoco ninguna duda hay de que alguien, algunos, se están yendo con el diezmo, porque eso de que en el sexenio próspero hay puros ángeles de la guarda... nadie lo cree.

Insólito, tomando como pretexto de que el Hospital General quedó dos horas sin luz, anunció la compra de pararrayos para 59 hospitales.

¿Y el diezmo, apá?