Por lo siguiente:

Acosta Lagunes, por ejemplo, dejó en la Secretarí­a de Finanzas y Planeación 14 mil millones de pesos, frescos y sonantes y constantes, para que el sucesor, Fernando Gutiérrez Barrios, iniciara el sexenio.

Además, y toda vez que a don Agustí­n nunca le dio por cortar el listón para inaugurar la obra pública, don Fernando aprovechó la coyuntura para hacerlo y así­ treparse en la cresta.

En tanto, Patricio Chirinos dejó a Miguel Alemán Velasco fondos por 2,700 millones de pesos para arrancar el sexenio.
Pero en contraparte, Miguel Alemán solicitó un crédito de 3 mil 500 millones de pesos a unos meses de terminar el mandato constitucional, endrogando más, mucho más, las arcas oficiales.

Y para estar a tono, Fidel Herrera Beltrán solicitó un préstamo de diez mil millones de pesos, cuyo destino nunca, jamás, fue conocido, como tampoco el destino del préstamo de Alemán, aun cuando la sabidurí­a popular afirmó que una parte habí­a terminado en Interjet, mientras en el caso del fogoso y gozoso el crédito lo convirtió en un polí­tico más rico, incluso, que Alemán.

El caso es que vamos en el cuarto año del sexenio de Javier Duarte, con el quinto titular en la Secretarí­a de Finanzas y Planeación, con una deuda millonaria incalculable, pues cada quien tiene la suya y sin obra pública de norte a sur de Veracruz.

Pero, además, de acuerdo con la Secretarí­a de Hacienda y Crédito Pública, del 15 de diciembre, 2010, a la fecha, el sexenio próspero ha tramitado 23 créditos por un total de 41 mil 432 millones de pesos a Banco del Bají­o, BANOBRAS, Multiva, Banorte, Interacciones, Santander y Emisiones en la Bolsa Mexicana de Valores.

Y, bueno, nadie duda de su destino social; pero al mismo tiempo, nadie lo conoce, pues la guardan como la octava maravilla del mundo.

Además, hay la versión de un nuevo crédito para cubrir un presunto desví­o de 450 millones de pesos federales para la seguridad pública y que fueron desviados, originando la renuncia de Fernando Chárleston a SEFIPLAN.

Más aún, nadie dudarí­a de que de cara a la elección de diputados federales en el 2015 y de gobernador en el 2016 (y más porque Fidel Herrera está operando el proceso electoral), más créditos serán solicitados, digamos, para ganar los comicios.

DESCARRILADO EL TREN PÚBLICO

Por eso mismo habrí­a de preguntarse las razones por las cuales Acosta Lagunes y Patricio Chirinos dejaron cantidad millonaria en SEFIPLAN para que los sucesores pudieran iniciar con recursos frescos el sexenio y, por el contrario, Miguel Alemán y Fidel Herrera descarrilaron por completo las arcas estatales.

Al mismo tiempo, resulta curioso que los dos se estén pudriendo en dinero, a tal grado que, por ejemplo, y además del crecimiento de Interjet, Miguel Alemán Magnani se ha anotado como un prospecto para comprar Oceanografí­a, expropiedad de Amado Yáñez, además de que estarí­a soñando con la curul federal, además, por la ví­a pluri, pues su padre es asesor del presidente Enrique Peña Nieto.

Y en el caso de Fidel, pues, y para terminar pronto, tiene el suficiente dinero para la tercera, la cuarta y la quinta generación, pues, además, si es cierto que al inicio del sexenio publicó su declaración patrimonial, al término nunca lo hizo, y menos, de tonto.

Doctor en Economí­a graduado en la Universidad Complutense, de España, Javier Duarte tendrí­a tiempo, digamos, para rescatar al gobierno de Veracruz de la flotación en que anda, aun cuando los profetas del desastre aseguran que el tren ya está descarrilado y nada puede hacerse.