Envidia a Xóchilt Tress
•La foto de Alberto Silva
•Estrella en Twitter
I
El lector mira la foto de Alberto Silva Ramos, director de Comunicación Social del gobierno de Veracruz, exsecretario de Desarrollo Social, expresidente municipal de Tuxpan, y de manera natural queda sorprendido.
Sorprendido por el significado de la foto. Silva, posando como un metrosexual, finito, exquisito que, bueno, la foto competiría con la gráfica de Truman Capote cuando a los 20 años de edad publicó su primero libro, “Otras voces, otros ámbitos”, y Capote aparece tendido en un sofá, ¡ay, Dios mío, todo un gallo/gallinita!
Luis Velázquez
Bueno, en todo caso, es el mismo estilo, forma de ser, actitud política, de la foto que el secretario de Desarrollo Económico, Érik Porres Blesa, tenía en su cuenta de Twitter. Exquisito. Fino. Finito. Metrosexual. Fifí.
Es más, también se parece al estilo personal de hacer política del procurador de Justicia, Luis íngel Bravo Contreras, cuyo ídolo máximo es Rimbaud, para quien “la vida iniciaba y terminaba frente a un espejo”, de tal forma que cuando aparece en las ruedas de prensa ni un pelito del cabello está fuera de su raya, como, por ejemplo, la cabellera alborotado y desordenada que gustaba lucir Salvador Díaz Mirón, el poeta más macho y bragado del siglo pasado.
Un lector miró la foto de Alberto Silva en el periódico Notiver y pronunció la siguiente frase bíblica: “¡Ay, mátame, chiquillo!”.
¿Cómo, pues, entender, de qué forma, interpretación, lectura, la foto del director de Comunicación Social del gobierno de Veracruz?
II
En el siglo pasado los políticos afirmaban que la esposa del César debe serlo; pero también parecerlo.
El machismo de Luis Echeverría. El galán de José López Portillo. El seductor de Carlos Salinas de Gortari. El bravucón de Vicente Fox Quesada. El galán de galanes, Adolfo López Mateos. El chingón de Plutarco Elías Calles. El bragado de ílvaro Obregón.
Ya parece, por ejemplo, que Fidel Herrera Beltrán, el político con más amplia trayectoria en el Veracruz de ayer, de antier y de hoy, treparía su foto en una pose tipo Alberto Silva en su Twitter.
Ni siquiera, vaya, Marcelo Montiel Montiel, Marcos Theurel Cotero, Adolfo Mota o Nemesio Domínguez, entre otros, se atreverían a tomarse una foto tipo Silva y treparla Hay entre Alberto Silva Ramos, Érik Porres Blesa y Luis íngel Bravo Contreras una feroz y reñida competencia para trepar fotos a sus cuentas de Twitter y lucir radiantes metrosexuales ellos mismos a su Facebook o Twitter para que el mundo político y las redes sociales la miraran.
Quizá, acaso, Silva ha tenido envidia de las fotos de Dominga Xóchilt Tress Rodríguez, directora de Espacios Educativas e ideóloga educativa de Veracruz, que alguien trepó a las redes sociales, y por ningún concepto quiso quedarse atrás.
Bueno, ni Ricky Martín ha trepado al facebook una foto parecida a la de Silva Ramos.
III
El exdiputado local, Germán Yescas, descubrió que Alberto Silva como alcalde tuxpeño era el más mediático y frívolo de los 212 presidentes municipales y documentó en el Congreso el millonario presupuesto desviado para los medios, de tal forma que llegó un momento cuando sus boletines se publicaban más y en mejor espacio que el gobernador.
Así, pudieran derivarse las siguientes hipótesis:
Una. Alberto Silva tiene un alto concepto de superioridad que se siente y cree soñado.
Dos. Silva Ramos tiene un elevado, elevadísimo concepto de su ego y está seguro que trepar la foto subliminal al Twitter es lógico y normal cuando alguien es una estrella.
Tres. Y más, si es, digamos, un político exitoso.
Cuatro. Silva ha demostrado que ser político y estrella de cine son sinónimos, por eso mismo lanzó su foto para competir, mejor dicho, estar al nivel de actores cinematográficos y, de paso, literarios, como las fotos de Oscar Wilde, que han recorrido el mundo, con su florecita en la bolsa superior del traje.
Cinco. La forma, que es fondo, del siglo pasado, de los políticos de cuidar la imagen en un pueblo con fama de macho y entrón y bragado y peleador callejero, pertenece a la historia, y por eso Silva está irrumpiendo en el escenario mediático y publicitario y cibernético con otra dimensión.
En todo caso, ha decidido competir con Érik Porres y Luis íngel Bravo Contreras.
Ya nomás falta que hacia el fin de semana, y ahora que estamos en vacaciones, también lo secunden Érick Lagos, el Pedro Navajas de las barbies, y Jorge Carvallo, el hijo pródigo que se operó la naricita y el abdomen para gustar más a las mujeres, sus barbies, pues como dice un priista por ahí, “uno como político… se vuelve sexy”.
Otros, sin embargo, se vuelven efebos. Y en el mejor de los casos, sueñan con los emperadores romanos.