Pablo Anaya Rivera, informó al detalle que la deuda heredada por el sexenio anterior era de 4 mil millones de pesos.

Es más, solicitó a la Secretarí­a de Finanzas y Planeación, con el primer titular Tomás Ruiz González, la programación de tales pagos, pues tanto los proveedores como los prestadores de servicios estaban a punto de crisparse.

Las semanas y los meses fueron transcurriendo, sin que Tomás Ruiz diera una respuesta alentadora.

Salvo, parece una excepción en que le diera un abonito al titular de la SS para calmar la efervescencia de los inconformes.

Siete meses después se ignora si el nutriólogo Nemi ha podido cabildear lo suficiente en SEFIPLAN para cubrir tal deuda y/o si, por el contrario, llegará al cuarto año de gobierno con la misma carga encima ahora que ha bajado de peso y aguanta más.

ALGUNAS DEUDITAS… DE MUESTRA

Y es que la deuda pública es el coco de un montón de empresas pequeñas, medianas y grandes de norte a sur de Veracruz.
Por ejemplo.

Uno. La deuda incalculable a proveedores de todo tipo, incluso, hasta estudiantes becados y músicos que se han plantado ante los diversos titulares de SEFIPLAN, desde Tomás Ruiz y Salvador Manzur (57 dí­as en el cargo) hasta Carlos Aguirre Morales y Fernando Chárleston.

Dos. La deuda de 75 millones de pesos a los magnates deportivos de los Tiburones Rojos, Fidel Kuri Grajales y Ví­ctor Flores Morales, lí­der nacional del gremio ferrocarrilero.

Tres. La deuda a los empresarios afiliados en las cámaras.

Cuatro. La deuda a la Universidad Veracruzana que hace un año llegaba a 800 millones de pesos.

Cinco. La deuda a los constructores de todo tipo; la mayorí­a mantienen la empresa por obra y gracia superior, pues trabajan con grandes pasivos, por lo que están vendiendo sus activos y ajustando personal para mantenerse a flote.

Por eso mismo, el quinto secretario de Finanzas y Planeación, Mauricio Audirac Murillo, declaró antier que la deuda era de 45 mil millones de pesos, 5 mil millones más de los anunciados por su antecesor, Fernando Chárleston Hernández, semanas anteriores.

BEBES O LA DERRAMAS

Nemi Dib “se cortó la aorta” cuando aterrizara en la SS y denunció que su antecesor le habí­a dejado “una mafia médica”.

Sin embargo, nunca, jamás, interpuso una denuncia penal en la Procuradurí­a de Justicia para proceder de acuerdo con la ley de Responsabilidades de los Funcionarios Públicos.

Genio como se cree, lanzó su espada en prenda en contra de una empresa que tení­a contrato millonario con la SS, de la que siempre se aseguró era propiedad de Elba Esther Gordillo en alianza con Fidel Herrera, y cuyo asunto de pronto fue retirado de la pasarela mediática, quedándonos en que habí­an contrademandado.

En tanto, el titular de la dependencia se ufana de grandes logros de la medicina social en las regiones urbanas de Veracruz, sin nunca, jamás, tocar la salud pública de los 800 mil indí­genas en las regiones étnicas de norte a sur de la tierra jarocha.

Los meses han caminado demasiado rápido. Vamos en el cuarto año de austeridad, con cinco titulares en SEFIPLAN, con una deuda pública bajo polémica, sin obra pública en el territorio estatal, y se ignora si los 3 mil 667 millones de deuda a proveedores y prestadores de servicio se habrán liquidado o si estará pagándose en abonitos.

En todo caso, si acaso pudo darse un arreglo y en qué condiciones, como aquella fama de la administración pública en el fidelazgo de que te debo tanto; pero te pago tanto y la bebes o la derramas.

Es decir, el más vil autoritarismo…