Por ejemplo, también se habla de su molestia en el show donde el cantante Marc Anthony (WTC, Boca del Rí­o, 5 de junio) le tení­a clavada la mirada a otra damita y Dominga Xóchilt se enceló a tal grado que ordenó su desalojo.

Por ejemplo, su obsesión mediática por aparecer en las páginas de sociales de la prensa escrita para, digamos, desbarrancar de la pasarela a la presidenta municipal de Rodrí­guez Clara, Amanda Gasperí­n, su eterna y perpetua rival y adversaria.
Por ejemplo, el incienso que el gabinete legal le suele tirar sólo porque tiene la bendición suprema.


Y, desde luego, la evidente incapacidad para desempeñar el cargo público asignado.

Por eso mismo, una diputada del PRI, Minerva Salcedo Baca, la ha rafagueado pidiendo su renuncia.

Alguien por ahí­ dirí­a que en polí­tica la peor enemiga de una mujer es otra mujer y más como en el caso cuando Dominga goza de las mieles del poder, pues sus virtudes tendrá.

Pero, bueno, la legisladora Salcedo Baca ha documentado su decisión de que sea separada del cargo.

LA TíA DE LAS BARBIES

Una. Hay en su distrito unos 40 planteles educativos, mejor dicho, remedos de planteles, donde los niños toman clases como pueden, no obstante haber tocado las puertas de la SEV.

Dos. Tan solo en la ciudad de Xalapa, la sede de los poderes públicos, hay, afirma la diputada, unos 800 niños que esperan la construcción de 13 aulas que les fueron derrumbadas en la colonia Veracruz.

Y, por eso mismo, toman clases a veces en la cancha deportiva, y otras, cuando pueden, se cobijan en un TEBA.

Dominga Xóchilt trepada en su nube de Barbie, mejor dicho, de tí­a de las barbies, porque de acuerdo con su edad le corresponde tal mérito.

AGRAVIA DOMINGA XÓCHILT A VERACRUZ

Gustavo Dí­az Ordaz entronizó en el poder polí­tico como ministra sin cartera a Irma Serrano, “La tigresa”.

José López Portillo ubicó a Sasha Montenegro en el espacio más alto y hasta le heredarí­a la llamada “Colina del perro”, la súper mansión que unos dicen se la obsequiara Carlos Hank González, el poderoso gurú del grupo Atlacomulco.

Y, bueno, si tal fue el comportamiento polí­tico en el siglo pasado sirva como referencia para describir que en la cúspide del poder cada elite polí­tica puede hacer lo deseado, pues el jefe máximo tiene facultades metaconstitucionales.

Pero, caray, el Veracruz del siglo XXI dista mucho de tales excesos, abusos y derroches del poder, cuando vamos en el cuarto año de austeridad, con arcas vací­as, con cero obra pública estatal y atrapados en la inseguridad.

Y, por añadidura, tales desplantes al estilo de Dominga Xóchilt constituyen un agravio a una población donde predomina la miseria, el hambre, el desempleo, el subempleo con salarios de hambre y la migración a la frontera norte y Estados Unidos.

DIPUTADA, CUIDADO CON CALLEJAS ARROYO

Un dí­a, ni hablar, Dominga Xóchilt aterrizó a la SEV como torera en tarde de luces y si el cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo, habí­a doblegado a Adolfo Motita, por alguna razón superior, inexplicable, también Tress Rodrí­guez.

El caso es que ahora la panista, dos veces derrotada como candidata a un cargo de elección popular, con cero experiencia partidista, flotando en la pasarela polí­tica a partir del asesinato de su esposo, Gregorio Barradas, alcalde electo de Rodrí­guez Clara, exitosa en las redes sociales por las razones que todo mundo conoce, ha sido ungida, con todo y coraje de la diputada Minerva Salcedo Baca, la ideóloga de los espacios educativos en Veracruz.

Y cuidado si continúa abriendo la boca porque el pastor, Callejas Arroyo, la puede congelar con su experiencia de seis diputaciones locales y federales, en todos los casos coordinador de la bancada priista.