representante del Veracruz fogoso del presente y del futuro, pues, como él mismo dice, ya lleva seis juegos del mundial, lo que, claro, excepcionales, pocos, escasos, jarochos de norte a sur del llamado “estado ideal para soñar” pueden darse como privilegio.

¡Y qué bueno!

¡Qué bueno que el junior haya ido al mundial para aplaudir a la selección mexicana!

¡Y qué bueno que apenas hace unos meses estuviera en Colombia, acompañando a su equipo de béisbol “Los brujos de San Andrés” que su familia tiene en sociedad con el secretario de Desarrollo Social, Jorge Alejandro Carvallo Delfí­n, cuyo padre lo ha señalado como el hijo que lo odia y guarda un resentimiento feroz y creciente.

Lástima, sin embargo, que el diputado junior haya debido interrumpir su periplo en Brasil para regresar a tiempo a la sesión del Congreso donde el próximo jueves debatirán las iniciativas de ley del PAN para “armonizar las leyes electorales”.

Con todo, podrá decir que estuvo en el Mundial, y, bueno, toda vez que durará un mes, nada fácil será regresar, pues, como él mismo ha dicho, sus acciones en el negocio familiar le permiten eso y más…

CASTA DIVINA DE JUNIORCRACIA EN VERACRUZ

Estamos, pues, ante uno de los jóvenes PRIvilegiados de Veracruz, pues la mayorí­a, como arrojan los datos del CONEVAL, el INEGI y los Cuadernillos Municipales de la Secretarí­a de Finanzas y Planeación, oscilan entre la pobreza y la miseria, el desempleo y los salarios de hambre, la jodidez y la migración, la baja calidad educativa y el peor rango en materia de salud e inseguridad.

Y por eso mismo, oh paradoja, es diputado local y fue nombrado presidente de la Comisión de la Juventud y el Deporte, haciendo deporte en sus giritas a Colombia y Brasil.

Ninguna envidia le ha de tener el hijito del magnate futbolero y casinero, exdiputado federal Fidel Kuri Grajales, quien ya se prepara para quedarse con la candidatura a una curul en el Congreso de la Unión para el año 2015.

Tampoco lo ha de envidiar el hijito del lí­der magisterial del FESAPAUV, Enrique Levet Gorozpe, para quien ha logrado, ¡y qué bueno!, una notarí­a pública fast track, la subdirección Jurí­dica del Instituto de Pensiones y una plaza como académico en la Universidad Veracruzana.

Claro, tanto Octavio Pérez Garay como Fidel Kuri Mustieles y Enrique Levet Rivera han de envidiar al presidente municipal de Xalapa, Américo Zúñiga Martí­nez, quien ya fuera diputado local, presidente de la Comisión de Vigilancia del Congreso y secretario de Trabajo y Previsión Social, hijo del profe Guillermo Zúñiga.

En todo caso, en Veracruz, igual que en el resto de las entidades federativas, se está viviendo la juniorcracia, los hijos de polí­ticos y magnates arribando al poder público por dedazo y herencia.

Los jóvenes hijos de indí­genas, campesinos, obreros y clase media, jodidos nacieron, jodidos están y jodidos seguirán.

SEGUIRí EJEMPLO DE MARCELO MONTIEL

El padre de Pérez Garay fue presidente municipal. Su madre, por ósmosis. Y también diputada federal. Ahora, le corresponde el ejercicio del poder en la curul local.

Así­ ha sido desde antes, mucho antes de que Caí­n y Abel pelearan por la herencia y el poder familiar y nada indica que los hechos y circunstancias vayan a cambiar.

Por el contrario, el diputado de Los Tuxtlas regresará al Congreso como torero en tarde de luces para contar a sus amigos legisladores las peripecias vividas y gozadas a plenitud, incluidas las hazañas sexuales con chicas del resto del mundo en la fiesta futbolera de Brasil.

Ojalá, pues, y haya dispuesto de algún tiempecito para viajar a Curitiba y conocer el rancho de Marcelo Montiel Montiel…, por si las dudas también quisiera comprarse una parcelita en la tierra de Lula y Dilma Rousseff.