Pachanga en Cancún descarriló a Gabriel Deantes
•Organizaba en Quintana Roo fiesta de cumpleaños
•Alquiló avión para transportar a sus invitados; la mayoría políticos del sexenio próspero
•Manotazo a tiempo del DIF estatal
•Embarrado Édgar Spinoso desde el sótano del poder mediático
Semanas antes de que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) denunciara irregularidades en más de 6 mil millones de pesos entregados al gobierno de Veracruz para el ramo educativo, y en donde han quedado bajo sospecha el tamaulipeco Gabriel Deantes Ramos y Édgar Spinoso Carrera y sus hermanos, ocurrieron algunos cositas en Xalapa.
Luis Velázquez
Una de ellas, la gran fiesta que por su cumpleaños el tamaulipeco Gabriel Deantes, vendedor de teléfonos celulares de casa en casa en Tampico, Tamaulipas; exoficial Mayor de la Secretaría de Educación de Motita y subsecretario de Finanzas y Planeación, organizaba en Cancún.
Para entonces, en una parte del interior del gabinete era un escándalo la construcción de su “Villa Meona”, en el fraccionamiento Las ánimas, de Xalapa, de cuatro plantas, con 11 baños, dos elevadores (uno para los adultos y otro para los niños), dos salas de cine (una para los niños y otra para los adultos) y un campo de fútbol techada, más 15 automóviles estacionados en el garage y en la avenida.
Pero el reality show que encendió la alerta roja y amarilla y morada y negra fue el cumpleaños en Cancún.
Y el festejo en Cancún porque Deantes había alquilado un avión para trasladar, ida y vuelta, a sus invitados del gabinete legal y ampliado al paraíso aquel.
Algunos, sin embargo, aseguraban que con tal viaje Deantes estrenaría su avión particular; pero otros, en cambio, decían que solo lo había alquilado.
El caso es que cuando el informe con la matrícula del avión y la hora y el día de partida con la lista de invitados confirmados en la bitácora… llegó a la oficina más importante del DIF estatal, casi da un paro cardiaco fulminante a la titular, pues se trataba del colmo de la traición y la deslealtad al jefe máximo; pero al mismo tiempo, de los trastupijes.
Y el colmo porque, de acuerdo con las versiones, la ASF habría enviado un mensaje al gobierno de Veracruz avisando del huracán a la vista.
Incluso, hasta detallaban que de los 6 mil millones de pesos, unos mil millones de pesos estaban depositados en cuentas de particulares y familiares del tamaulipeco que llegó derrotado a Veracruz y, de pronto, zas, el dinero fácil lo había convertido en un magnate priista, al grado que, y por ejemplo, manejaba todo el proceso electoral de alcaldes, diputados locales y federales y hasta de la candidatura presidencial.
Pero, además, la soberbia, tan peligrosa como una nauyaca deslizándose en el silencio, se le había trepado a las neuronas, el corazón y el hígado.
Y al interior del gabinete estalló la tercera guerra mundial…
BLINDADOS GABRIEL DEANTES Y ÉDGAR SPINOSO
Según las versiones, el hecho llegó al primo hermano de Gabriel Deantes Ramos, Alberto Silva Ramos, expresidente municipal de Tuxpan, exsecretario de Desarrollo Social y director de Comunicación Social.
Y como de Alberto Silva se afirma es el político más inteligente del sexenio próspero, pues a otros como, por ejemplo Érick Lagos Hernández le gana el hígado y a Jorge Carvallo la petulancia mesiánica, el segundo vocero rastreó la pista de la denuncia de la Auditoría Superior de la Federación.
Así, habría descubierto que en el embrollo también estaba metido Édgar Spinoso Carrera, Oficial Mayor de la SEV de Adolfo Motita y, por tanto, el ramalazo de la ASF también lo embarró.
Y por supuesto, con el manejo de la prensa y las redes sociales.
Y lo embarró tanto que un día, el par fue renunciado a 8 columnas en primera plana de la prensa escrita, y al día siguiente los dos amanecieron despedidos, porque el escándalo se multiplicaba y estaba llegando al Congreso de la Unión.
El góber se adelantaba, pues, a un manotazo del gobierno federal.
Y segundo, abonaba la transparencia y la rendición de cuentas.
Pero más, y tercero, enviaba un mensaje directo a Los Pinos de que por ningún concepto permitiría que el gabinete “metiera las manos al cajón”, fueran, incluso, los amigos, pues, y en el caso de Gabriel Deantes, alardeaba que era brother de Javier Duarte, y en el caso de Spinoso, el hermano mayor que el jefe máximo hubiera deseado tener.
El par quedó, pues, fuera del gabinete.
Pero semanas después la duda, la suspicacia y la perspicacia han sembrado la sospecha sobre el destino político de Spinoso y Deantes pues, de pronto, nada se conoce del desenlace de la Auditoría Superior de la Federación que, se afirmó entonces, había turnado el asunto a la Procuraduría General de la República.
Y, en contraparte, el parcito fue renunciado a 8 columnas y desacreditado en la prensa local; pero al momento el secretario de Educación, Adolfo Motita Hernández, se ha abstenido de interponer una demanda penal en contra de ellos, de igual manera como, por ejemplo, el cuarto secretario de Infraestructura y Obra Pública, Gerardo Buganza Salmerón, alardea de la denuncia contra 58 constructoras que estafaron con más de mil millones de pesos al gobierno estatal y federal.
Es más, días anteriores unos amigos preguntaron a Motita si procedería con la denuncia en contra de Deantes y Spinoso para investigar las irregularidades de la ASF y determinar si el par termina en el penal de Amatlán de los Reyes igual que la exalcaldesa de Alvarado, Sara Luz Herrera, y Motita miró al cielo como si Dios le hablara… y ante el silencio, “los brothers” también buscaron la Osa Mayor en el cielo estrellado.
Luego, chocaron cristales. Entonces, todos supieron que entre “Los niños de la infidelidad” la regla número uno es protegerse y encubrirse hasta donde más puedan…

