Más pobres en México
•Sequías bíblicas
•Veracruz, en lista negra
I
Ni modo, el pésame al delegado federal de la Secretaría de Desarrollo Social, Marcelo Montiel Montiel, y al secretario de Salud cuando era director del DIF, Juan Antonio Nemi Dib, y al extitular de la SEDESOL jarocha, Alberto Silva.
El Banco Mundial ha dado a conocer que en los próximos años habrá más pobres en México. En un aproximado 2.9 millones de paisanos. Casi 3 millones.
Luis Velázquez
Lástima, pues, que cuando, y por ejemplo, el segundo director de Comunicación Social del gobierno de Veracruz tomara posesión anunciara a la república que en los próximos tres años que duraría en el cargo sacaría de la pobreza a 2 millones de jarochos.
Quizá, acaso, en el tiempecito que duraría en el cargo ni a una familia habría transferido de la clase baja a la media, pues las semanas en la SEDESOL sólo sirvieron para boletinarse en la pasarela mediática y perfilarse como el candidato de “Los niños de la fidelidad” a la gubernatura en el año 2016.
Ahora, el Banco Mundial ha sido categórico: el culpable de que en el país aumenten los pobres será el cambio climático.
Así, los embates del clima han de estar revolcando la utopía de tales duartistas y, bueno, ojalá sirva para que modifiquen el discurso populista y mesiánico, utópico y demagógico, en que se han revolcado ellos solitos en los tres años con casi cinco meses del sexenio próspero.
II
Según el Banco Mundial, “los estados cuyos niveles de marginación crecerán por los cambios extremos son las entidades del norte del país como Sinaloa, Durango y Tamaulipas, aun cuando se espera que en todas aumente el rezago” (El Universal, 20 de abril, 2014).
En otra parte añade: “El cambio climático aumentará la El Banco Mundial ha descarrilado a “Los niños de la fidelidad” con su sonsonete de traslapar a los miserables en pobres y a los pobres en clase media temperatura y la variabilidad de las precipitaciones, lo que combinado reducirá el ingreso en México.
Algunos municipios experimentarán reajustes importantes en su fuerza laboral y la migración de la población también cambiará la composición de las ciudades”.
Peor tantito. El Banco Mundial predice tiempos canijos con sequías bíblicas en los estados de Chihuahua, Nuevo León, Zacatecas y San Luis Potosí, pero de igual manera en Veracruz, Tabasco, Puebla y Chiapas.
El sector agrícola, advierte, será uno de los “más afectados pues el mal tiempo causa disminución en la productividad agrícola y puede aumentar el precio de los granos básicos importantes a los hogares pobres”.
¡Que Dios, pues, ahora que ha resucitado, nos agarre confesados a todos!
III
Lástima, en el Plan Estatal de Desarrollo de Veracruz 2011-2016 celebran el nuevo mundo que llegaría en los seis años del sexenio próspero, donde los miserables pasarían a pobres y los pobres a clase media.
Ahora, previendo la miseria anunciada por el Banco Mundial, también vislumbra que en las entidades federativas del país, incluida Veracruz, se multiplicará la migración del campo a la ciudad y de la ciudad a la frontera norte y Estados Unidos.
Y, bueno, ahora cuando Barack Obama se ha convertido en el presidente con más número de migrantes repatriados (lleva 2 millones) y con el gran fracaso de la reforma migratoria en el Congreso, y con leyes raciales, xenófobas y segregacionistas en 19 de los 50 estados del país vecino, y con un Muro de Berlín en la frontera norte, el destino de los mexicanos y, por añadidura, de los habitantes de Veracruz… caminando al otro lado será el infierno, el apocalipsis, el fin del mundo.
Es hora, pues, que el sexenio próspero mire la realidad y asuma, si existiera voluntad política, una política económica y social con mejores resultados.
Y es que cada migrante de Veracruz significa el fracaso de la política económica a cargo del secretario Érik Porres Blesa.
Pero más aún, el punto de partida para la gran desintegración familiar, pues con frecuencia el migrante encuentra nueva pareja en el otro lado y cuando regresa viene infectado de SIDA que transmite a la esposa, la amada amante, la novia, la pareja ocasional.
Ni hablar, el Banco Mundial ha descarrilado a los “Niños fieles” con su utopía social.