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Expediente 2024
Viernes 18 abril, 2014

Un soñador en SAS


José Ricardo Ruiz Carmona dejó el Sistema de Agua y Saneamiento, SAS, en la ruina. Y cuando el sucesor, José Aniceto Tello Allende, un técnico de primer nivel, con autoridad moral y ética, í­ntegro a prueba de bomba, capaz, tomó posesión soñó convertirse en un mago.

Luis Velázquez

Y aun cuando está probado que tiene un control quí­mico de la mirada sobre las neuronas del resto de la humanidad, sin dinero en SAS, es decir, sin el respaldo de los alcaldes y el gobierno de Veracruz, nunca hará milagros.

Y más si se recuerda que los milagros solo ocurren… por milagro. Y eso de multiplicar los peces y los panes y convertir el agua en vino para las bodas de Canaán solo ocurrieron hace 2014 años.
Por lo siguiente:

El 15 de febrero, Tello Allende aterrizó por segunda ocasión como director de SAS. Entonces, presentó un proyecto básico denominado “Requerimientos para evitar situaciones de riesgo” que significaban una inversión inmediata de 246 millones 500 mil pesos en números cerrados.

Así­, dijo a la elite gobernante de SAS que canalizaban el recurso, o de lo contrario, los sistemas de agua y drenaje de Veracruz, Boca del Rí­o y Medellí­n harán trizas.

Y, bueno, bastarí­a referir, por ejemplo, que solo el alcalde Ramón Poo Gil recibió más de 450 millones de pesos por la llamada bursatilización y a la fecha nadie sabe si el dinerito estarí­a sudando en el mundo bursátil como en los mejores tiempos de Agustí­n Acosta Lagunes.

El caso es que dos meses después, ni entrando de rodillas a la catedral, Tello Allende ha podido con su expectativa.

Se ignora si lo están calibrando. Acaso le echaron el rollo y lo castigan por su pecado años anteriores de haber aceptado la candidatura a la alcaldí­a por unos partidos de oposición al PRI.

Quizá tendrí­a que reproducir el modelo de Ruiz Carmona, cuya fama pública es que en alianza con el entonces alcalde Salvador Manzur Dí­az “agarraron todo” como dice un contador de SAS, para ser tomado en cuenta, y en polí­tica, dice Tomás Carrillo junior, vale más la complicidad que la eficiencia.

Y es que mientras SAS continúa su descarrilamiento administrativo y técnico, los hechos y circunstancias manifiestan que al Pepí­n lo están tapando en todo. El nombramiento como subsecretario de Desarrollo Social lo dice todo.

LA ÚNICA FORMA DE SAS PARA FLOTAR

El documento de Tello Allende es claro y transparente cuando puntualiza la inversión necesaria para sacar a flote el SAS.

1.-Liquidación de personal despedido por Ruiz Carmona y que ganara la demanda en los tribunales: 30 millones de pesos.

2.-Cumplir con el indicador de gestión de un organismo operador con las caracterí­sticas del SASM, previa negociación con el sindicato. En una primera etapa hacer un ajuste de cien personas próximas a los 60 años de edad: 35 millones de pesos.

3.-Adquisición de tres equipos vactors o equivalentes: 15 millones de pesos.

4.-Reparación de cinco de los 10 existentes vactors: 15 millones de pesos.

5.-Adquisición de cinco camionetas, 3 pipas y 2 retroexcavadores: 7 millones de pesos.

6.-Adquisición de cuatro juegos de malacates: 7 millones de pesos.

7.-Acondicionamiento de fuentes de abastecimiento (plantas potabilizadoras, redes de alimentación y pozos): 60 millones de pesos.

8.-Mantenimiento de tanques reguladores, lí­neas de José Tello Allende y Anthar Kuri regresaron de la jubilación en que viví­an felices para salvar el SAS. Pero la elite polí­tica los está engañando… presión de entrega, redes de alimentación y distribución: 20 millones de pesos.

9.-Reparación de hundimientos: 12 millones de pesos.

10.-Cárcamos de bombeo de “AN”: 12 millones de pesos.

11.-Plantas de tratamiento de “AN”: 25 millones de pesos.

12.-Estudios y proyectos preliminares: 8 millones de pesos.

Total: 246 millones 500 mil pesos.

UN GIGANTE SUEÑA CON UNA UTOPíA

El dí­a cuando Tello Allende presentó tal mapa de navegación técnica y contable en SAS, grandote, gigante como es, quizá se creyó un niño escribiendo una carta a los Reyes Magos.

Sin embargo, 60 dí­as después de estar batallando contra los molinos de viento al lado de su Sancho Panza, Anthar Kuri, el súper ingeniero que más conoce las entrañas hidráulicas de la zona conurbada Veracruz-Boca del Rí­o, habrá advertido que una cosita es soñar con la utopí­a y otra, monstruosa, la realidad.

Simple y llanamente, los tres alcaldes de SAS lo han dejado solo, cada uno metido en sus chorizos polí­ticos y mediáticos, petardos al final del dí­a que cuando se disparan son fuego artificial en fiesta pueblerina y luego solo queda el humo, es decir, nada.

Tello Allende y Anthar Kuri, la pareja que llegó desde la jubilación ilusionada con salvar el SAS, quizá, acaso, habrí­a confiado en el gobierno de Veracruz, pero al mismo tiempo, estarí­an conscientes de la quimera, y más si se considera que la deuda pública es de 80 mil millones de pesos, que vamos en el cuarto año de austeridad, que ninguna obra pública existe de norte a sur de Veracruz y que desde ahora resulta ene millón de veces más importante financiar a los aspirantes a la diputación federal que tapar los cráteres dejados por ”˜”™El pepí­n”™”™… con toda la impunidad del mundo.

Pero, cuidado, Tello Allende es de armar tomar. En su tiempo y no obstante su militancia y disciplina priista se fue a la oposición. Y antes, mucho antes, en una junta sindical del FESAPAUV, maestro como fue en la facultad de Ingenierí­a de la Universidad Veracruzana, se levantó furioso del asiento y pronunció una frase bí­blica en contra de Faustino Troncoso, entonces director de la facultad, a quien con el dedo í­ndice dijo con su voz tronante:

“¡Tú te callas, eres un corrupto!”.

Y si alguna duda existiera de que “el grandote” reaccione igual, antes, mucho antes, lo dijo Jesús Reyes Heroles: “No despertemos al México bronco”.

Y Tello Allende tiene un nombre y un prestigio y una integridad que cuidar, antes, mucho antes de volverse cómplice de las tropelí­as que llevaron a SAS a la peor ruina de su historia, incluida aquella cuando Fidel Herrera saqueó la llamada entonces Junta Federal de Mejoras Materiales, allí­ mismo por donde y en otro tiempo pasara el padre de Javier Duarte con don Alberto Tapia Carrillo, tiempos aquellos de gloria y esplendor técnico en la ciudad.

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