Un mes secuestrado
•Hermano del portero de Tiburones Rojos
Noé Zavaleta/Foto: Carol Suárez
El drama para la familia Quevedo González no ha concluido. Hace 30 días días su hijo Alán Quevedo de 19 años fue ejecutado en las inmediaciones de Arboledas San Ramón, junto con su cuñado Miguel Caldelas; un día antes, Gerson Quevedo Orozco de 19 años, fue “secuestrado” por ese mismo comando armado.
Cumplido el primer mes la justicia sigue reposando, no llega y en la vivienda nómada de los Quevedo, todos los días, se siguen preguntando cuál será el paradero de Gerson.
“Yo solo quiero que encuentren a mi hijo vivo, que me lo devuelvan, me duele muchísimo”, expone Maricela González mientras quiebra la voz.
Gerson es estudiante de segundo semestre de Arquitectura, es hermano de Alan Quevedo, portero de la sub 17 de los Tiburones Rojos, acribillado hace un mes junto con su cuñado, Miguel Eliacim Caldelas, en el fraccionamiento Arboledas San Ramón, municipio de Medellín de Bravo, conurbado con el puerto de Veracruz.
“Son dos asesinatos y un secuestro, lo que está familia ha vivido en un mes. Y en ese tiempo, la Procuraduría de Justicia nos dice que solo ha logrado avanzar con una orden de presentación de un presunto indiciado, eso es una burla”, narra Maricela González, madre de Gerson y de Alan Quevedo.
Entrevistado en una plaza pública, la familia Quevedo González vive con miedo, zozobra e incertidumbre. “Vamos de arrimados con nuestros familiares, no podemos regresar a nuestras casas”, exponen.
Aseguran que en el malogrado rescate de uno de sus hijos, en donde Alan Quevedo y Miguel Caldelas perdieron la vida, y otro sujeto desconocido fue abatido por fuerzas del orden, hay una camioneta Mazda, cuyo dueño es clave para dar con el paradero de su hijo Gerson, sin embargo, la Fiscalía de Veracruz se ha visto lenta, para agilizar las investigaciones.
El grupo especializado antisecuestro de Xalapa no ha dado resultados, pues en la averiguación previa AP-15-UECS-DIM-2014, los oficiales ministeriales han “aletargado” los procesos de búsqueda. El ejemplo más claro, tuvo que pasar una semana del secuestro y ejecución, para que la familia Quevedo González fuera citada a declarar a Xalapa.
“Una semana después de la ejecución y secuestro de mi hijo nos llamaron a declarar, hasta el sábado 23, ¿sabe usted la incertidumbre que es vivir con eso? Sólo quiero que encuentra a mi hijo vivo, a Gerson; no sabe, me duele muchísimo, ya perdí a mi hijo Alan y a mi yerno”, expone Maricela González.
Los padres de los hermanos Quevedo González aun reprochan que cuando recurrieron al número de emergencias 066 de la Secretaría de Seguridad Pública para reportar el secuestro de uno de sus hijos, el interlocutor del C-4 (Centro de Comunicaciones, Computo, Control y Comando) contestó: “Seguramente se trata de un secuestro virtual, mándenle un mensaje al celular de su hijo, díganle que ustedes están bien y que regrese a casa”, esa contestación oficial quedó asentada en el folio número 56699, de la SSP.
El homicidio de Alan Quevedo, la madrugada del domingo 16 de abril, ocurrió cuando los presuntos plagiarios negociaban la liberación del hermano menor del arquero del cuadro juvenil del Veracruz.
Dos días después, la PGJE emitió un comunicado en el que informa que los familiares de las víctimas relataron a policías ministeriales que uno de sus hijos había sido secuestrado la mañana del sábado 15 de marzo y que los secuestradores solicitaron un rescate vía telefónica, el cual fue pagado.
“Sin embargo la víctima no fue liberada, por lo que familiares decidieron, sin dar cuenta a las autoridades realizar su propia búsqueda para localizarlo, llegando hasta una casa donde fueron recibidos a balazos, lo que dio paso a una persecución”.