Las brujas de palacio
•Policías en Nueva York
•Estrategias de Goebbels
EMBARCADERO: en el siglo pasado, en Nueva York los cuerpos policiacos funcionaban de la siguiente manera con el único objetivo de abatir la inseguridad, hasta donde fuera posible... Por ejemplo, detectives, mujeres y hombres, disfrazados de trabajadores sexuales, de borrachitos, de rateros, de vagos, de meseros, cuya jornada laboral era parar oreja; pero de igual manera, seguir la pista a los sospechosos y/o, en todo caso, a los mismos ladrones, asaltantes, vendedores y distribuidores de droga y asesinos
Luis Velázquez
También existían mujeres policías disfrazadas de amas de casa, secretarias guapas y seductoras, modelos, edecanes, que viajaban en el Metro en espera de que los carteristas y rateros y padrotes y tratantes de blancas cayeran en la trampa… Ahora sí, de algún modo la policía reproducía el modelito de Cuauhtémoc Gutiérrez, el prócer tricolor del DF que contrataba edecanes para su servicio sexual y para vender el servicio a los políticos lujurientos, aprovechando su membresía priista… Así, en el New York del siglo pasado, la elite gubernamental pudo disminuir la violencia… Es más, habría de recordar que en aquellos tiempos, quizá hoy mismo, en la CIA y la DEA, y también en la KGB de Rusia, la Gestapo de Alemania, contrataban agentes para filtrar a los guerrilleros, digamos, de América Latina y/o del mundo, y aniquilar a los movimientos insurgentes… Mejor dicho, bastaría referir que el modelito se tradujo en Veracruz con un grupo incalculable de los llamados “orejas” que con sueldo del gobierno de Veracruz espía a los políticos de oposición y a los líderes y reporteros incómodos e irreverentes… Y por eso mismo, quizá, acaso, ahora cuando los carteles siguen en la tierra jarocha disparando el número de secuestros, valdría la pena copiar el modelo de Nueva York, antes, mucho antes, de que Veracruz sea descarrilado como un Estado Fallido, en que parece, ni modo, ya estamos…
MURO DE PESCADORES: en aquellos tiempos, cuenta Ricardo Rubín, en Nueva York también existían “75 adivinas de la buena suerte con bolas de cristal, cien lectoras de la palma de la mano, 50 expertas en leer los restos en el fondo de una taza de café o de té, y 25 que adivinaban todo con solo tocar las protuberancias de la cabeza”… Y, bueno, nadie necesitaría viajar a Estados Unidos para consultar tal número de videntes… Por ejemplo, en la ciudad de México hay mercados populares llenos, repletos, de adivinas, brujas, astrólogas, santeras y videntes… La fama de Los Tuxtlas está fuera de duda, pues hasta el toluco Jorge Alejandro Carvallo Delfín, secretario de Desarrollo Social, tiene su equipo que le predice a modo su buenaventura a cada rato, igual que a Érick Lagos, secretario General de Gobierno, con Elpidia, su astróloga de los Llanos de Sotavento… Fidel Herrera, por ejemplo, dejó la fama pública de que a cada rato viajaba a Cuba para consultar a las santeras, a las que era adicto, y que le adivinaban el futuro, a tal grado que una de ellas lo aceleró para la candidatura presidencial teniendo como puntero a Enrique Peña Nieto y hasta formó un llamado “Laboratorio de la Inteligencia” con académicos de la Universidad Veracruzana preparando un plan nacional de desarrollo… Según las versiones, una que otro adivina suele frecuentar el palacio de gobierno de Xalapa para echar la suerte a las secretarias y a los jefecitos… Por eso mismo, quizá convendría seguir la pista para ubicar a los duartistas que también consultan a sus brujitas, y/o en caso, a sus médiums, como en su momento lo practicaran Francisco I. Madero y Plutarco Elías Calles, qué caray…
ASTILLEROS: las siguientes son algunas, solo algunas, de las estrategias de seducción que los políticos suelen utilizar para encantar a reporteros… 1) Pagar para que los halaguen… 2) Pagar para madrear a los adversarios y enemigos… 3) Pagar para que nunca los mencionen, pues apuestan a un bajo perfil, conscientes de que los jefes son más celosos que una amante… 4) Pagar para que les rindan un informe periódico sobre sus rivales… 5) Pagar para espiar la vida privada de políticos, líderes, empresarios y reporteros, y en un descuido, militares y obispos y arzobispos… 6) Pagar a cambio de una llamada asesoría política y en imagen… 7) Pagar para acercarles edecanes, modelos y conductoras… 8) Pagar para que les den pistas de las mejores casas de cita en la ciudad… 9) Pagar para que hablen bien de ellos ante su jefe mediato e inmediato… 10) Pagar para que les consigan efebos… 11) Pagar para que tomen fotografías comprometedoras a sus adversarios… 12) Pagar para esculcar las redes sociales donde se hable de ellos y/o del gabinete… 13) Pagar para que sean unos tuiteros a sueldo, dispuestos a la calumnia y la difamación, sin pudor alguno… Por cierto, el modelo anterior, digamos, de comunicación social, figuraba en las tareas de Joseph Goebbels, súper Ministro de Información y Propaganda de Adolf Hitler…