El destino del hombre
•La vida es un absurdo
•Malraux y Camus, copiones
DOMINGO
El destino del hombre
El tecleador Héctor Fuentes tiende en la mesita de madera donde escribe algunos libros de Andrés Malraux, Albert Camus, Carlos Monsiváis y la Biblia, en el Nuevo Testamento, que fuera cronicada por los primeros cuatro reporteros del mundo.
Y los tiene para aclarar paradas.
Por ejemplo, una de las tesis de Malraux fue el destino...
Luis Velázquez
del hombre. Siempre se preguntaba la razón de que el hombre, la mujer, el ser humano, la persona, hayan venido al mundo.
Y fue la tesis que desarrolló de principio a fin de su vida, desde aquella infancia terrible cuando escribiera que todos los escritores hablaban maravillas de su infancia, mientras él, Malraux, el asesor político y cultural de Charles de Gaulle, la odiaba. Y la odiaba, porque su padre los abandonó… por otra mujer y hasta con hijos.
Un discípulo de Malraux fue Albert Camus. Y Camus también se la pasó elucubrando sobre el destino del hombre y convirtió la tesis en eje central de su vida.
Incluso, de niño y adolescente y joven fue pobre. Su padre murió en la guerra cuando Camus tenía 2 años de edad. Camus vivía con su madre analfabeta y un hermano mayor en un patio de vecindad, donde existía un baño para 15 familias.
Así, su riqueza fueron el sol, el mar, las olas, la playa y el futbol playero.
Entonces, Héctor Fuentes va al Eclesiastés y descubre la siguiente frase: “También medité sobre el destino del hombre. El destino del hombre y el del animal es el mismo. Muere uno y el otro también. Los dos tienen la misma alma. La superioridad del hombre sobre el animal es nula, pues todos pasan como el viento. Todo va al mismo lugar. Todo proviene del polvo y volverá al polvo”.
Y a partir de ahí, el Eclesiastés desarrolla una tesis sobre el destino del hombre.
Lo mismo que Malraux y Camus. Copiones…
LUNES
“La vida es un absurdo”
Escribió Malraux: “La vida es un absurdo”.
Escribió Camus: “La vida es un absurdo”.
Y es un absurdo, porque, por ejemplo, todos los días la mujer y el hombre se levantan a seguir empujando la carreta y al final del día, el dinerito ganado apenas, apenitas, alcanza para comer y pagar la renta y comprar los útiles escolares de los niños. Quizá, acaso, para una emergencia médica.
¿Y, entonces, cuál es la razón para continuar chambeando duro y tupido todos los días, si el ser humano vino al mundo para ser feliz?
Y no obstante, dicen Malraux y Camus, todos los días debe seguirse en pie de lucha.
Dice el Eclesiastés: “Todo es absurdo. ¿Qué provecho saca el hombre de todas sus fatigas y de sus trabajos bajo el sol? Se va una generación y vine otra; pero la tierra permanece siempre. Sale el sol, se pone el sol y corre sin detenerse para salir de nuevo”.
La vida, pues, mirada como un absurdo.
Malraux y Camus, copiones. Simples copiones.
MARTES
Más sabes, más sufres…
Dice el Eclesiastés: “Mucha sabiduría acarrea muchos problemas; mientras más se sabe, más se sufre”.
Escribió Carlos Monsiváis: “Entre más información se tiene… más pesimista se vuelve uno”.
¡Ah!, otro copión, Monsiváis, quien, confeso, dijo leer la Biblia una vez cada año, de igual manera que también Gabriel García Márquez y Carlos Fuentes lo revelaron.
Claro, los tres se justificaban de la siguiente manera: leemos la Biblia porque constituye el mejor libro de crónicas y reportajes escrito en la historia de la humanidad.
Incluso, cada capítulo empieza con un gran sentido periodístico, es decir, dando a conocer la noticia de 8 columnas, el hecho informativo.
Y, claro, el Eclesiastés lo deja claro: “Mientras más se sabe… más se sufre”.
Entre más se conoce a los políticos… más desencantan.
Entre más conozco a los hombres… más amo a mi perro, como dice el refrán popular.
MIÉRCOLES
Fidel Herrera, el copión
Fidel Herrera, el rector de la Universidad de Harvard, campus Nopaltepec, acuñó la siguiente frase: “En política hay tiempos de sumar, de sumarse y de sumirse”.
También decía: “En política hay tiempo de tirar cohetes y hay tiempo de recogerlos”.
Dice el Eclesiastés: “Hay un tiempo para cada cosa. Hay tiempo de nacer y tiempo para morir. Tiempo para plantar y tiempo para arrancar lo plantado.
Un tiempo para dar muerte, y un tiempo para sanar. Un tiempo para destruir y un tiempo para construir.
Un tiempo para llorar y otro para reír. Un tiempo para los lamentos y otro para las danzas.
Un tiempo para lanzar piedras y otro para recogerlas. Un tiempo para abrazar, y otro para abstenerse de hacerlo.
Un tiempo para buscar, y otro para perder. Un tiempo para guardar, y otro para tirar fuera”.
¡Ay, tío, que copión eras! ¡Lo bueno que también leías (¿lees ahora en el retiro?) la Biblia.
JUEVES
Vino y mujeres
El Eclesiastés: “Acumulé oro y plata. Tesoros de reyes y de naciones. Me procuré cantantes y coristas. Y lo que más deleita a los hombres: vino y mujeres”.
¡Ah, mi Silvio Berlusconi, con tu harem de chamaquitas impúberes!, (edecanes, modelos, artistas, putitas).
¡Ah, mi Cuauhtémoc Gutiérrez, con tu flotilla de trabajadoras sexuales a quienes explotabas y pagabas con sueldos del PRI!
¡Ah, mi Lidya Cacho, con “Los demonios del Edén” y los políticos priistas que desfilaban en Cancún con el proxeneta árabe aquel!
¡Ah, mi Bill Clinton, practicando el sexo oral en la Casa Blanca con la becaria Mónica Lewinsky!
¡Ah, la historia de Sodoma y Gomorra! Pero también, la historia de hoy.
La carne humana, pues.
Carlos Fuentes lo escribió en una de sus novelas: “Los hombres nacemos y morimos sobre los pechos de una mujer”.
Camus era así: con los amigos se reunía para debatir sobre periodismo, política y filosofía.
Pero si de pronto, frente a ellos pasaba un cromazo de mujer, Camus se levantaba, dejaba a todos y se iba atrás de la chica, valiéndole que estuvieran arreglando el mundo.
“Si tú me dices ven… todo lo dejo”, escribió el místico Amado Nervo.
¡Ay, mi Eclesiastés, la radiografía más profunda de la naturaleza humana!
VIERNES
Malraux y Camus serán quemados
Hay quienes aseguran que en “El Quijote de la mancha” está toda la sabiduría del mundo.
Otros, sin embargo, apuestan a la Biblia.
En el café La Parroquia hay dos meseros. Uno, joven, trae la biblia en la bolsa de la filipina, impresa en edición popular.
Otro, mayor de edad, trae la Biblia en su teléfono celular con la leyenda “La Biblia completa”.
Y, bueno, si el cliente lo permite hasta se ponen a predicar y convencer para que el fin de semana salgan, como ellos, a la homilía de puerta en casa.
Por eso, y luego de redescubrir al libro religioso y declarar unos copiones a Malraux, Camus, Monsiváis y Fidel Herrera, Héctor Fuentes quemará sus libros y quedara con la Biblia, el libro más valioso escrito desde hace 2014 años, después, claro, de Herodoto, el primer enviado especial del planeta con su libro “Los nueve libros de la historia”.
Así, la historia de José Vasconcelos habrá de mudar. En la madurez quemó sus naves con la Biblia. Y fue un apóstata. Al final de los días regresó a la Biblia. Y creyó de nuevo en un Ser Superior.
domingo yorio mendez 18 May, 2014 - 13:32
la POLÃTICA ES UNA CIENCIA, que bien ejecutada produce paÃses prósperos eficientes, la polÃtica practicada en MEXICO,.... es la peor groserÃa que se le hace a los MEXICANOS, LA HAN CONVERTIDO EN UNA PRACTICA DEPREVADA PARECIDA A LA QUE EN SU TIEMPO REALIZà EL XALAPEÑO Antonio lopez de santa anna