El nuevo procurador
•Un trío en la lista
•Veracruz, un infierno
I
En unos días, Felipe Amadeo Flores Espinosa dejará la Procuraduría de Justicia y entrará el tercer relevo al gobierno de Veracruz en tres años, dos meses y dos semanas.
En la antesala estarían los siguientes políticos para relevar a “El indio cara dura” en el cargo.:
Uno: Luis íngel Bravo, presidente del Instituto Veracruzano de Acceso a la Información, originario de Córdoba, y quien desde hace ratito él mismo se ha cabildeado en la pasarela mediática.
Luis Velázquez
En su pueblo fue litigante y fungía como corresponsal en Córdoba del despacho de Gómez Mont, uno de cuyos socios fuera secretario de Gobernación en el sexenio panista.
Dos: Eduardo Andrade Sánchez, el excuñado de Gloria Trevi, procurador de Justicia con el gobernador Patricio Chirinos Calero, director jurídico del gobierno de Veracruz, exdiputado local y federal, exsenador de la república.
Famoso en el país y en parte del continente cuando en estado de una sabrosa y deliciosa borrachera entrara al noticiero estelar de Televisa con Joaquín López-Dóriga y saliera al aire.
Fue maestro en la UNAM y ha escrito dos, tres libros que sirven de texto en la máxima casa de estudios del país.
Tres: Francisco Portilla Bonilla, quien fuera procurador de Justicia a los 27 años de edad con el gobernador Rafael Hernández Ochoa, dos veces alcalde de Córdoba, un par de ocasiones diputado local, y quien perdiera la elección de diputado federal.
Y cuatro: “el tapado”, incluso, “el tapado destapado”.
II
En el caso de que Luis íngel Bravo fuera elegido llegaría a la procu en el último tramo y el más importante del sexenio.
Pero, además, aterrizaría ahí para aprender la administración y la impartición de justicia, cuando, y en contraparte, tanto Andrade Sánchez como Portilla Bonilla tienen camino andado.
Claro, el Veracruz de su tiempo es diferente al de hoy. Bastaría referir que Portilla, por ejemplo, fue procurador en los últimos dos, tres años de Hernández Ochoa, hacia 1998.
En tanto, Eduardo Andrade hacia 1992, hace 22 años.
Y por ejemplo, mientras en aquellos tiempos los caciques y sicarios eran dueños del día y de la noche con su terrorismo, ahora en Veracruz son los carteles, entre ellos, los Zetas, los Chapos y los Jalisco Nueva Generación.
Con todo, tanto Portilla como Andrade ya conocen el camino. Quizá, sin duda, la experiencia les serviría mucho, demasiado, para alcanzar la eficacia y la eficiencia.
III
Por supuesto, un político gobierna y ejerce el poder con los amigos (pues ni modo que con los enemigos), y más, mucho más, cuando los amigos son políticos de primer nivel, aun cuando, claro, el dicho popular expresa con claridad que “los únicos que traicionan en la vida son los amigos”, pues los amigos son los primeros en abusar de la amistad.
Pero en fin, son los riesgos.
Sin embargo, por encima del trío de amigos Pronto entrará el tercer procurador de Justicia y le corresponderá el capítulo más difícil del sexenio, cuando la violencia se ha recrudecido y la sucesión y cierre del gobernador del gobernador (Luis íngel Bravo, Andrade y Portilla) habría de ver con quien existe una amistad a prueba de bomba, en las buenas, pero más aún, en las malas.
Y es que la primera obligación de un político en un Estado de Derecho es garantizar la seguridad en la vida y en los bienes.
Puede, por ejemplo, tenerse salud, educación y empleo, pero si la vida se ha vuelto un infierno, una pesadilla, entonces, todo se derrumba.
El semanario Proceso retrató a Veracruz de la siguiente manera en el último número, 1946: “Sin paz, sin orden, sin ley”.
La seguridad es el punto de salida en cada nuevo amanecer.
IV
Desde luego, adivinar las pichadas de un político (un gobernador, un alcalde, un presidente de la república) resulta proeza inverosímil, irrealizable y podrá existir un jugador tapado, listo en la banca.
Pero, por ejemplo, mucha, demasiada prudencia y reflexión habrá de necesitarse para nombrar al tercer procurador de Justicia… por lo siguiente: en la Secretaría de Finanzas y Planeación van cuatro secretarios. Igual en la llamada ahora Secretaría de Infraestructura y Obra Pública. Igual en la Subsecretaría de Gobierno.
Y en el caso de la procu… sería el tercero.
Y, bueno, tantos vendales solo siembran la siguiente duda: ¿Dónde está el error en los altibajos en cada dependencia con los nombramientos y el resultado institucional? ¿En los políticos elegidos para un cargo… que fallan? ¿En el jefe del Poder Ejecutivo… que los nombró y fallaron?
¿Por qué y en qué fallaron? ¿Porque, digamos, se trató de un nombramiento equivocado? ¿Acaso porque les delegaron tareas oficiales y nunca, jamás, hubo seguimiento para tener la certeza del camino andado?
Bastaría referir que de acuerdo con la hemeroteca en los últimos tres años con dos meses del sexenio próspero unos 50 funcionarios han sido removidos de sus cargos.
¿Por qué?
Los 8 millones de habitantes de Veracruz solo quisieran estabilidad política en los mandos superiores, intermedios y bajos, porque solo así se garantizará el cumplimiento al pie de la letra del Plan Estatal de Desarrollo 2011-2016, salvo, claro, cuando los funcionarios “ordeñen la vaca” y hayan violentado la Constitución General de la República y la Constitución local.

