Gobierno totalitario
•Van 50 cambios...
•Nunca rinde cuentas
PASAMANO: un nuevo funcionario del sexenio próspero, Iván López Fernández, ha sido destituido de su cargo, la Contraloría, sin ninguna explicación al contribuyente que paga impuestos de manera puntual y a todos y cada uno de los ciudadanos que en proceso electoral sufragan en las urnas... Nadie, ninguna autoridad, ni tampoco, claro, el jefe del gabinete político, el secretario General de Gobierno, cumplieron con la rendición de cuentas... Cierto, la Constitución de Veracruz otorga facultades, incluso, metaconstitucionales, al gobernador para tomar tales decisiones
Luis Velázquez
Pero, al mismo tiempo, todos y cada uno de los miembros del gabinete legal y ampliado son pagados con cargo al erario público proveniente de los impuestos, y por tanto, el ciudadano merece una explicación… Y es que cuando el jefe del Poder Ejecutivo nombra funcionarios, y los despide, y nombra a los siguientes, sin transparentar la relación con el gobernador, caemos, en automático, en un Estado Totalitario, a la altura de Luis XIV cuando afirmaba que “El Estado Soy Yo”™”™… Por eso, en el pasillo político cada quien tiene sus hechos y circunstancias, digamos, su argumento, para explicarse las razones del cese, ene número de veces anunciado, del Contralor… Que hizo negocios al cobijo del poder sin pasar copia… Que si se excedió en el tráfico de influencias con sentido patrimonialista… Que si tenía, y/o tiene, despachos contables para auditar a los ayuntamientos y a las mismas secretarías del gabinete; incluso, para arreglar cuentas y hacerse de la vista gorda en los trastupijes… Que había acumulado tanta riqueza que hasta un fraccionamiento residencial abrió en el camino a Coatepec, a la altura de Briones… Así, la imaginación política, tan calenturienta que es, cabalga en Radio Bemba y cada uno tiene su versión… El resultado es uno solo: el descrédito y el Una muestra de la inconsistencia y los caprichos prósperos está con Antonio Ferrari Cazarín: primero, ideólogo de las finanzas en SEFIPLAN; luego, ideólogo del a política educativa, en COBAEV; ahora, ideólogo de la política asistencial y social en Patrimonio desprestigio para el duartismo, porque el Contralor ha sido despedido en medio de la opacidad, todavía peor si se considera que pudo haber “metido la mano al cajón” y lo corrieron de la dependencia con toda la impunidad del mundo…
BALAUSTRADAS: hay otro casito: el subsecretario de Egresos es el contador Carlos Aguirre, quien iniciara en SEFIPLAN desde el sexenio de Miguel Alemán Velasco con un bajo perfil y se ha mantenido en la dependencia… Quizá, claro, debido a su bajo perfil y discreción, como quedó constatado ahora cuando le dieran la oportunidad como tercer titular de SEFIPAN y nada pudo hacer por el rescate de la dependencia y, ni hablar, fue rebajado a subsecretario, sin ningún pudor… Ahora, está manejando los egresos; también con opacidad y sin rendir cuentas… Por ejemplo, nadie conoce, hasta el día de hoy, el monto real de la deuda pública ni tampoco la lista de los proveedores pendientes de pago desde el sexenio anterior… Incluso, en su momento, hasta los músicos de Xalapa se plantaron ante SEFIPLAN, reclamando el pago pendiente de sus shows desde el fidelato, de igual manera como los 25 mil estudiantes esperando el pago de sus becas… Más aún, en tanto las delegaciones federales tienen recursos frescos para inyectar a programas sociales en Veracruz, en SEFIPLAN siempre les notifican como una cantaleta que están sin recursos y, por tanto, los proyectos están atrasados… En contraparte, el derroche millonario de recursos oficiales en las campañas de los candidatos a diputados locales y presidentes municipales resulta incalculable y, bueno, nadie duda de que SEFIPLAN se puso suave y blandita con tales egresos, pues la prioridad número uno era ganar las elecciones a como diera lugar…
ESCALERAS: estamos en el tercer año del sexenio próspero y un recuento de despidos, cambios y enroques de funcionarios registra un aproximado de 50… Bastaría referir que vamos con el cuarto secretario de Finanzas, el cuarto de Comunicaciones, el cuarto Subsecretario General de Gobierno, el segundo titular de SEGOB, el segundo titular de SEDARPA y el segundo Contralor… Y, bueno, con tantos cambios habría de preguntarse desde la ingeniería administrativa si el capitán del barco está fallando o si por el contrario, quienes fallan son los marineros… Pero, además, si tantos han despedidos, entonces sería hora quizá, acaso, de revisar el mapa de navegación, porque sin duda algo está fallando hacia el interior del equipo, en que se incluyen al jefe máximo y los subalternos… Y más, mucho más, cuando en ningún momento se da una explicación a la población electoral, que lo merece desde cualquier argumento… Incluso, resulta indicativo que los 50 diputados locales, la mayoría, claro, priistas, guarden silencio, sin reclamar una legítima rendición de cuentas, y por eso mismo, ni hablar, desde arriba hacen y deshacen, porque saben del silencio, el vasallaje y la servidumbre del Poder Legislativo… Estamos, pues, ante la gubernatura imperial y faraónica, donde el jefe máximo manda, y si se equivoca, vuelve a mandar, una y otra y otra vez, así hasta el cambio de unos 50 funcionarios que ya van en menos de 3 años… Es más, si alguna duda existiera, bastaría referir lo siguiente: una muestra de la incongruencia y la inconsistencia y los caprichos y los berrinches y las veleidades y las frivolidades en el ejercicio de gobernar en el duartismo está en Antonio Ferrari Cazarín: los últimos días del fidelato, secretario de Finanzas y Planeación, nomás para suscribir el préstamo de 10 mil millones de pesos… Luego, ideólogo de la política educativa desde COBAEV… Y ahora, ideólogo de la política social desde la dirección de Patrimonio… Ferrari Cazarín escapó de vivir en el siglo XVIII (cuando los hombres eran universales) para habitar el siglo XXI, donde las componendas deciden los cargos públicos, a pesar, incluso, de que los viejos caciques priistas como Ramón Ferrari Pardiño, el padre del cachorro, pierdan una elección tras otra, a tal grado que ni siquiera en la casilla de su manzana pueden ganar…

