Estado Policiaco
•Paz de los sepulcros
•Macana en la S.E.V.
I
Al paso que vamos, en Veracruz se ha instaurado el Estado Policiaco.
Por ejemplo: fracasado el diálogo entre la Secretaría de Educación (S.E.V.) y los profes activistas, fueron desalojados la madrugada del 14 de septiembre del centro urbano de Xalapa con perros amaestrados, gases lacrimógenos, aparatos para toques eléctricos, tolete y macana.
Luis Velázquez
Ahora, para garantizar el regreso a clases de norte a sur del “estado ideal para soñar”, la subsecretaria Xóchitl Adela Osorio Martínez, la funcionaria con más raíces en la dependencia, inamovible, anunció que “utilizará la fuerza pública para resguardar las escuelas”.
Eso significa, sin ninguna duda, el Estado Policiaco abriendo el surco para allanar el camino, digamos, al Estado de Derecho.
La policía por delante. La fuerza bruta restableciendo… la fuerza de la razón. Ahí donde el político falla, la policía recupera la gobernabilidad. “La letra… con sangre entra”. El regreso a clases… con la poli abriendo paso.
En el Distrito Federal, la C.N.T.E. inició el retorno a sus estados; dejó, claro, una comisión.
Pero en Veracruz, en contraparte, harán “prevalecer la ley”… con los polis, dispuestos a todo.
¡Vaya espectáculo! Pero más aún, ¡vaya ejercicio democrático! La paz de los sepulcros.
II
Así, ni duda cabe, las fuerzas policiacas tendrán toda la confianza del mundo para hacer y deshacer a su antojo, como por ejemplo, el caso de los seis policías agresores de un reportero, quienes, se cacarea, fueron cesados, aun cuando se tiene la certeza de que serán reubicados, quizá, acaso, en la montaña de Chicontepec y Huayacocotla, para que nadie les siga la pista.
Tampoco nadie, por ejemplo, ha sabido el destino de los Resulta insólito que para garantizar el regreso a clases en Veracruz, la subsecretaria de Educación decida utilizar la fuerza pública policías agresores de los ocho fotógrafos a partir de que el general Arturo Bermúdez Zurita amenazara con la cárcel al fotógrafo Félix Márquez por las fotos de los guardias comunitarios del poblado “El inglés”, de Tlalixcoyan.
Ahora, ni hablar, tómese nota, la Comisión Estatal de Derechos Humanos, la más priista de todas en el país, se abstendrá de seguir boletinando a la policía como la número uno en los abusos y atropellos de los derechos humanos en Veracruz.
Tampoco nadie podrá dudar, como dijo el general, que los policías se han deslindado de sus malas amistades con los carteles, como él mismo lo dijera semanas anteriores, porque, señoras y señores, los polis jarochos han garantizado el regreso a clases.
Estado Policiaco, pues.
Por eso la Secretaría de Seguridad Pública convertida en ultra contra súper secretaría.
III
Se ignora (ningún corresponsal lo ha publicado en la prensa defeña) si otros gobernadores también utilizaron la policía para resguardar las escuelas.
Pero, bueno, desde aquí se envía una lectura de la ineficacia del Estado para garantizar la paz con la fuerza pública, pues el diálogo con argumentos convincentes nos ha llevado a un Estado Fallido.
Y Estado Fallido por lo siguiente:
a) La disputa de los carteles por la plaza Veracruz continúa, aun cuando la prensa escrita, hablada y digital ha acatado las órdenes superiores, desde el Pacto de Colima, para acallar tal información.
b) Hay en Veracruz decenas, cientos quizá, de pueblos dominados por los carteles, donde hasta los presbíteros solicitan a los feligreses un Estado de Sitio a partir de las 6, 7 de la noche, para asegurar la vida.
c) Los robos tanto a negocios como casas particulares y asaltos hasta en las plazas comerciales siguen vigentes.
d) Aun cuando el general sostenga que los narcopolicías forman parte de la historia jarocha, nadie le cree.
e) Por demás está recordar los casos pendientes de justicia, como son, entre otros, los desaparecidos.
Y, en contraparte, la policía al servicio de la S.E.V. para resguardar las escuelas.
Viva, pues, el Estado Policiaco. Al ratito también pedirán que el Veracruz seguro se extienda a las instituciones educativas…

