La hora de retirarse…
•El procurador, harto
•Sueña con otro mundo
I
Es el hombre solitario de su palacio, su búnker.
Suele llegar a las 10 de la mañana, y ahí suele comer, y tomar cafecito en la noche, y retirarse de la oficina hacia medianoche, quizá en la madrugada si hay un pendiente.
Nunca sale a comer a un restaurante. Al contrario, la secretaria pide la comida por teléfono, y ahí, en su despacho, comparte los alimentos con algún compañero de trabajo, analizando el palpitar del día de norte a sur de Veracruz.
Luis Velázquez
De hecho, el palacio es su casa, su vivienda, pues ahí vive, acelerando el motor a lo más que se pueda, con el único objetivo de rendir hechos y resultados.
Toda su vida ha caminado en la administración pública: pero ahora, y en el fondo, ya quisiera irse. Le late. Lo ha pensado. Lo sopesa, pues la vida también es reposo.
Y si en alguna dependencia del gobierno hay sobresalto día y noche es en la Procuraduría de Justicia.
Y ningún titular se desgasta más que todos como el procurador.
Líos de sangre, muertes, fuegos cruzados, secuestros, desapariciones, extorsiones, feminicidas, parricidas, suicidios, etcétera, son el pan de cada día.
Pudiera decirse que Felipe Amadeo Flores Espinosa vive, quizá, con las horas contadas. Los días. Las semanas, acaso.
II
En aquellos días de 2010, cuando diputado federal, los vientos eran favorables.
El líder de la Cámara Baja, Francisco Rojas, y el otro pastor, Emilio Chuayffet Chemor, le daban un gran juego político.
Incluso, para entonces, en varias ocasiones los había acompañado a una plática con el gobernador del estado de México, Enrique Peña Nieto.
Es más, el día cuando anunciara la solicitud de La vida se vuelve un infierno, cuando cada mañana cada quien llega a disgusto, molesto, irritado, a trabajar… permiso al Congreso de la Unión para asumir la procuraduría, los 499 diputados federales le aplaudieron como nunca antes en su vida, a tal grado que de pronto descubrió y sintió en las mejillas unas gotas de lágrimas que caminaban en tierra fértil.
“Nunca había llorado así”, confió a uno de los suyos, a tal grado que se escondió en el baño para llorar a gusto… de tanta felicidad.
Ahora, sus días en la procu son difíciles, ríspidos, adversos.
Y no obstante, institucional, buen soldado, sigue en el frente de batalla, añorando los días vividos.
III
Hasta donde se sabe, si se sabe bien, aceptó la procuraduría porque pensaba, apreciaba… que se trataría de un paso para acercarse a la secretaría General de Gobierno, donde antes ya tuviera un curso intensivo en el sexenio de Agustín Acosta Lagunes, cuando fuera el tercer titular, luego de Raúl Lince Medellín e Ignacio Rey Morales Lechuga.
Un día, sin embargo, descubrió que su destino estaba en el góber fogoso, el mismito que en el fidelato lo enviara como candidato priista a diputado federal por el distrito de Huatusco sólo para que fuera derrotado por el cacique magisterial, Rafael Ochoa, entonces líder nacional del SNTE y senador de la república.
Pero sin escándalos mediáticos ni alardes propagandísticos, derrotó a todos en las urnas.
Y fue diputado federal.
A cambio, el fogoso le dejó de hablar durante tres meses, argumentando que lo había dejado mal plantado ante las huestes de la profe Elba Esther Gordillo, encarcelada ahora por el presidente Enrique Peña Nieto.
“Si el objetivo era que perdiera…, me hubieran dicho y me hago pendejo” dijo a uno de los suyos.
IV
Ahora con los días patrios faltó a la ofrenda de la procuraduría de Justicia ante el altar de los héroes.
Y como algunos secretarios del gabinete le tienen tanta hambre política… de inmediato manejaron las columnas asegurando que su renuncia era inminente.
Cierto, faltó a la guardia.
Pero ese día tenía una audiencia en materia de seguridad en la ciudad de México.
Y, además, los encargados de las guardias a los héroes… son tan chuchas cuereras que avisan al cuarto para las doce.
Y ni modo de cambiar la cita en el altiplano.
Así, el gabinete de seguridad se quedó, por lo pronto, con las ansias de adueñarse de la procuraduría y controlar todo: la hacha, la calabaza y la miel.
V
Con todo, desde hace ratito el procurador tiene otros sueños.
Y como ningún ser humano vino al mundo para ser infeliz, lo mejor es buscar la paz interna en otro lado.
Felipe Amadeo, quien tiene otra formación política, ya cumplió.
Y, quizá, cierto, sea hora de retirarse, pues la vida se vuelve un infierno cuando el desencanto se atraviesa…

