Así­, y de igual manera, el politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, siente, cree, olfatea, percibe, que el góber fogoso, Fidel Herrera, el creador de "Los niños de la fidelidad", el Plutarco Elí­as Calles del siglo XXI con su maximato, el mero mero, el Juan Camaney, espera en su despacho de Rí­o Pánuco, en el DF, que ”˜”™Los niños fieles”™”™ le llamen para ordenar y reordenar el caso que los profes marchistas han levantado en tierra jarocha, como nunca antes en la historia local.

Mañoso, experto, general de cinco estrellas, el fogoso, dice el politólogo, igual que López de Santa Anna, se ha de estar divirtiendo con las marchas, de profes, que han llegado a más de 30, 40, 50 mil como el 11 de septiembre en Xalapa, y de los cañeros, que se han lanzado a una segunda caminata.

Además, claro, y de paso, los 34 muertos que ya van con la tormenta Fernando y los huracanes Ingrid y Manuel, cuando en su sexenio, él mismo salí­a al encuentro de los vendavales meteorológicos, como en las pelí­culas norteamericanas de Rambo. Y los conjuraba.

Y es que según Ronzón, la resistencia pací­fica y violenta de los profes de la CNTE en el DF, y de la CNTE y el mismo SNTE en las entidades federativas tiene un trasfondo polí­tico, en ningún momento educativo, como se presume.

En un lado del ring, los profes de la CNTE esperanzados en tumbar ahora sí­, luego de más de 30 años de lucha… a los lí­deres del SNTE, desde Jesús Robles Martí­nez y Carlos Jongitud Barrios hasta Elba Esther Gordillo en el contexto nacional, y en el caso local, a los Juan Nicolás Callejas Arroyo, que se han adueñado y perpetuado en el trono sindical.

Incluso, el maestro siente que en el fondo la pelea de la CNTE conviene al peñismo, pues una vez encarcelada Elba Esther, ha llegado la hora del cambio sindical, y en todo caso, con la revoltura y la turbulencia magisterial, nadie puede vislumbrar la identidad de quienes asumirí­an el mando, aun cuando, en contraparte, estarí­an seguros de la inminente caí­da de los lí­deres tradicionales del SNTE.

Es más, en el mismo gobierno estarí­an apostando a tal reforma sindical, con todo y que, por ejemplo, los últimos diez años de lucha de la CNTE en Oaxaca equivalen solo a un año de clases en circunstancias normales.

LA SEP, REHÉN DEL SNTE

Y es que el poderí­o del SNTE resulta incalculable.

Además, y por ejemplo, de las canonjí­as usufructuadas desde Carlos Salinas por Elba Esther Gordillo, las prebendas a los profesores afines que han convertido a la secretarí­a de Educación en un rehén de los dirigentes sindicales.

Una, y por ejemplo: los miles de maestros comisionados de norte a sur del paí­s que el periódico Reforma calculara en más de 40 mil; en tanto el columnista Maquiavelo, “Se dice que…”, en el periódico Imagen, calculó en más de cien mil.

Dos: los directores, inspectores y supervisores de las escuelas primarias del paí­s son impuestos por la cúpula del SNTE en pago a la lealtad.

Tres: el reparto de las plazas de los profesores titulares a su familia, en tanto la SEP y las secretarí­as en cada estado solo se quedan mirando, aguantando vara.

Y, bueno, y si se revisa la historia, el SNTE se ha convertido en un ejército electoral del gobierno en turno para ganar elecciones, incluso, hasta en los municipios más difí­ciles y reñidos por la oposición.

Por eso, observa Ronzón, para el peñismo ha llegado la hora de sacudirse la infraestructura sindical de Elba Esther aún predominante de norte a sur del paí­s, y nada mejor que aprovechar la rebeldí­a de la CNTE, su tradicional enemiga.

LOS MOTIVOS DE LA CNTE Y DEL SNTE

Así­, la CNTE, por ejemplo, está metida en el conflicto magisterial, argumentando que la reforma educativa y sus leyes secundarias abrirán el camino para privatizar el sistema educativo (tal y como lo han pedido el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OCDE), y por tanto, reclaman la abrogación de las leyes peñistas que por ningún lado habrá de suceder, pues han sido aprobadas por el Congreso de la Unión.

En tanto, el SNTE está temeroso de que la CNTE los rebase y ellos se han colocado en la antesala del derrumbamiento sindical, como pareciera que es la tendencia.

Y por eso mismo se han trepado en la cresta de la revoltura social arguyendo que los maestros perderán sus derechos sindicales, cuando por el contrario, en el trí­o de evaluaciones contempladas en la ley todos, sin excepción, tendrán oportunidad de prepararse y volverse a examinar.

Y en el caso de que reprobaran los tres exámenes, entonces, serán reubicados en alguna dependencia de la SEP, pues su vocación estarí­a lejos de ser magisterial.

Además, la misma ley contempla, en efecto, la creación del Instituto Nacional de Evaluación, y al mismo tiempo, un Instituto Estatal de Evaluación, y otro, municipal, integrado con maestros y especialistas en educación de cada entidad federativa, lo que constituye una circunstancia optimista.

Más todaví­a, todo mundo ha olvidado un dato clave: la nueva ley educativa entrará en vigor hasta el 31 de mayo del año 2015.

Es decir, hay tiempo y espacio suficiente para que los maestros se organicen para el cambio educativo.

Y más, mucho más, porque luego de la reforma educativa a la educación básica vendrán las reformas a la educación superior y universitaria.

EL PAíS HA SIDO INCENDIADO…

Cierto, algunas decisiones federales han servido para incendiar la pradera magisterial.

Por ejemplo, el gobierno central absorberá a partir de que la ley entre en vigor el pago quincenal a los profesores, como estaba antes de 1992, cuando el sistema educativo fuera descentralizado.

Y por tanto, la Federación compactará las plazas que por ahora usufructúan los profes, algunos de los cuales han llegado a coleccionar hasta 8 plazas como testimonio inapelable de la corrupción en que se incurrido.

Y, además, está el artí­culo 78 de la ley del Servicio Docente, que resulta claro en todas sus aristas: a partir de la fecha se acabaron los miles de profes comisionados existentes tanto en el gobierno federal como en los estados y que tanta polémica y descontento, incluso, ha originado en la base magisterial.

Y con tales pretextos, dice Ronzón Verónica, las cúpulas del SNTE y de la CNTE han encendido el paí­s en las calles y carreteras.