En las manos extendidas al cielo sostiene una cartulina con la siguiente leyenda: “Soy SNTE, pero NO estoy de acuerdo con mis dirigentes”.

La gráfica, firmada con las siglas de SASS, fue expuesta en una marcha de maestros del SNTE, pero apoyando a la CNTE, su rival, porque en las últimas semanas, de cara al debate de la reforma educativa en el Congreso de la Unión, se plantaron en la ciudad de México.

Una profe sentista, del búnker de Juan Nicolás Callejas Arroyo, expresándose sin miedos ni ataduras a favor de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

Queda claro así­ lo que todos saben: Callejas Arroyo lleva 30 años como dueño único y absoluto de la sección 32 del SNTE.
Pero en tanto la elite priista en el poder lo apapacha y lo dispensa con canonjí­as y privilegios, cada vez los Callejas Arroyo están más solos en la cúspide sindical.

Y si en todo caso una parte de los profes los buscan lo hacen como estrategia para alcanzar una plaza.

Pero en el fondo, ejercen su derecho a pensar diferente.

“Soy SNTE, pero no estoy de acuerdo con mis dirigentes”.

II

La realidad es innegable: poco a poco, los lí­deres de los partidos polí­ticos y de los sindicatos se van quedando solos.

El viejo corporativismo y clientelismo que en el siglo pasado significó la fuerza popular de la clase gobernante en turno se ha diluido, de igual manera como en el paí­s el partido tricolor ha sido relegado de Los Pinos (con 12 años de panismo) y de un aproximado de 24 gubernaturas, pues solo restan 8 estados, entre ellos Veracruz, donde todaví­a el PRI sigue ganando el trono imperial.

Meses atrás, el mismo Callejas Arroyo, que tanto se ha beneficiado con su servidumbre priista, lo reconoció con claridad: los profes están afiliados al SNTE; pero cada vez aumenta el número de quienes votan contra el PRI.

La CTM, la CROC, la CNOP, etcétera, han perdido el arrastre social de otros tiempos, a tal grado que su membresí­a ha disminuido.

III

El hecho y la circunstancia cobra trascendencia por lo siguiente: hace unas 2 semanas, el Congreso de la Unión aprobó las candidaturas ciudadanas para la presidencia de la república, la gubernatura y las alcaldí­as.

A partir de la próxima elección existirán Los dí­as imperiales de Juan Nicolás Callejas Arroyo están llegando a su fin. Cada vez hay más profesores inconformes con su liderazgo y que votan contra el PRI candidatos ciudadanos a un cargo de elección popular.

Y por tanto, de aquí­, digamos, al 2018 hay tiempo y espacio suficiente para que un ciudadano pueda crecer y se convierta en un candidato favorito de los millones de mexicanos apartidistas a la presidencia de la república.

Y lo mismo, claro, podrá suceder con las gubernaturas y las presidencias municipales.

IV

Así­ lo fueron, por ejemplo, Francisco I. Madero en su lucha polí­tica contra Porfirio Dí­az, y José Vasconcelos enfrentándose al poder de los sonorenses, Plutarco Elí­as Calles y ílvaro Obregón.

Fueron, pudiera decirse, candidatos ciudadanos.

Madero, claro, ganó en las urnas, luego de que caminó en el paí­s trepado en un vagón del ferrocarril, desde donde solí­a organizar mí­tines y pronunciar discursos incendiarios ante un número reducido de ciudadanos.

Vasconcelos, en cambio, fue derrotado, y antes de enfrentar la pelea optó por exiliarse en Estados Unidos para seguir despotricando desde allá con gran comodidad, dejando a un ejército de jóvenes en la orfandad polí­tica, entre ellos, a Alejandro Gómez Arias, el primer amor de Frida Khalo, y Adolfo López Mateos, el primer mexiquense en llegar a Los Pinos.

V

La foto de la maestra advirtiendo al mundo “Soy SNTE pero no estoy de acuerdo con mis dirigentes” anuncia, mejor dicho, recuerda el derecho de Veracruz y del paí­s a pensar, vivir y actuar de una forma distinta.

Y, bueno, si el profe Callejas Arroyo será diputado local pluri por sexta vez consecutiva y, además, coordinador de la bancada priista en la Legislatura, ojalá y disfrute a “plenitud el pinche poder”, porque la tempestad que vendrá ha sido anunciada por la profe que participara en la marcha en el puerto jarocho contra la reforma educativa de Peña Nieto.

Los dí­as plenos de hegemoní­a priista de Callejas Arroyo están llegando a su fin…