Bastarí­a referir, por ejemplo, un par de extremos. De Ainara Rementerí­a Coello a Flavino Rí­os Alvarado.

Ainara es presidenta de la Comisión del Medio Ambiente y en Veracruz queda un escenario fatí­dico:

Uno: los rí­os Coatzacoalcos y Rí­o Blanco calificados como los más contaminados del paí­s.

Dos: las industrias de norte a sur de la tierra jarocha arrojando las aguas negras a los rí­os y al Golfo de México.
Tres: las ciudades más importantes con un deficiente, anárquico y obsoleto sistema de drenaje, tirando las aguas negras a los rí­os y al Golfo de México.

Cuatro: el fallido programa de saneamiento de las bahí­as, entre ellas, la más hedionda y apestosa, la del puerto jarocho, pues, incluso, las aguas negras casi quedan a ras del mar, a la orilla de la playa.

Cinco: gran parte del transporte urbano de pasajeros disparando los humos contaminantes al cielo, pero además, con tubos de escape cortos, que dispersan los gases infectantes entre la población.

Seis: decenas de pueblos con rastros municipales caducos donde sacrifican las reses en condiciones antihigiénicas.
Siete: nocivos decibeles en los antros de las ciudades más importantes que perturban la vida cotidiana nocturna.

Ocho: la tala de árboles en las regiones indí­genas de Veracruz, al grado de que, por ejemplo, las zonas boscosas se han vuelto desérticas.

Nueve: la diputada (elegida fast track, por dedazo, sin experiencia legislativa ni tampoco polí­tica, regalo de papá) ha pasado la mayor parte del tiempo como dama de compañí­a, objetito de lujo en el avión oficial, que le permitiera sentirse candidata priista a la alcaldí­a jarocha.

NACIÓ EN SAN JUAN GUCHICOVI, OAXACA

En el otro extremo está el diputado Flavino Rí­os Alvarado.

Apodado “El tí­o Fla” en Oaxaca, su estado natal, “Flavindio” en Minatitlán, “FRA” por sus amigos, Flavino Rí­os empezó a mentir a los 24 años de edad, cuando obtuvo la segunda acta de nacimiento, en Minatitlán, el 22 de noviembre de 1974, registrado con el número 3749, sólo para asumir la regidurí­a en el ayuntamiento local, su primera chamba.

Y es que “El tí­o Fla” fue registrado por vez primera en su pueblo natal, Estación Mogoñé, del municipio de San Juan Guchicovi, Oaxaca, donde quedó inscrito que su fecha de nacimiento fue el 22 de noviembre de 1950, y es hijo de Marí­a Alvarado Estudillo y Genaro Rí­os Ordaz.

Pero, bueno, la vida es así­ y a veces, ni hablar, cada quien necesita legitimar un nuevo origen.

Doctor en Derecho por la UNAM, notario público en Minatitlán, su carrera ascendente siguió con Rafael Hernández Ochoa como director de Acción Social hasta llegar a titular de la SEP, y subsecretario, y secretario General de Gobierno con Miguel Alemán Velasco, sexenio aquel cuando decidiera institucionalizar el embute a reporteros, obligándolos a firmar un recibo, entregar una copia del IFE y dejarse filmar a la hora en que les entregaban el billetito mensual.

UNA LEGISLATURA DE ESPALDAS AL CIUDADANO

Oaxaqueño de origen, Rí­os Alvarado preside la Comisión Permanente de Justicia y Puntos Constitucionales, y desde tal frente, aceptó sumiso cumplir la orden de dejar fuera de la agenda legislativa la tipificación del delito de feminicidio para que la sesión en pleno se ocupara de la reestructuración de la deuda pública, la cuarta más gravosa del paí­s según la secretarí­a de Hacienda y Crédito Público.

Pero, además, mientras sus antecesores priistas en el Congreso aprobaron quitar la tenencia en Veracruz, en su periodo apoyó sin reservas la propuesta de mantener el cobro, con una ductilidad legislativa fuera de serie.

También aprobó, como el resto de los tricolores, quitar los candados para que el general Arturo Bermúdez Zurita fuera nombrado secretario de Seguridad Pública, pues es originario de la ciudad de México.

Pero de igual manera, abrió los candados para que José Ricardo Ruiz Carmona fuera nombrado director del SAS, Sistema de Agua y Saneamiento, pues la ley exigí­a, primero, ser técnico en la materia, y segundo, una antigí¼edad de 5 años.

Y ni se diga, aprobar una pensión mensual de 120 mil pesos para los magistrados del Tribunal Superior de Justicia, el primero de los cuales, Hugo Montero, la está usufructuando desde antier.

Pero más aún, a tono con los legisladores tricolores, ha exonerado la cuenta pública de la mayor parte de los alcaldes de los municipios más importantes, al mismo tiempo que han permitido y tolerado el disparo de la deuda pública, mientras la Secretarí­a de Hacienda y Crédito Público ha encendido los focos rojos desde el arribo del peñismo.

Además, claro, de iniciativas de ley perjudiciales para los casi 8 millones de veracruzanos, entre ellas, la presentada en mayo de 2011 para quitar “dientes” al Instituto de Acceso a la Información, IVAI, de tal modo que las resoluciones que el instituto emita dejen de ser definitivas y obligatorias de inmediato para los sujetos obligados (instancias de gobierno).

Quedaron así­ los diputados locales como enemigos de la rendición de cuentas.

AVALÓ PRÉSTAMO DE $3,500 MILLONES

Secretario de Gobierno de Miguel Alemán, Rí­os Alvarado demandó al gobierno federal por casi 6 mil millones de pesos ”˜asegún”™ por participaciones federales pendientes de entregar.

Entonces, y por órdenes superiores, contrató un despacho de abogados (Link Internacional de México), no obstante que el gobierno estatal tiene sus propios litigantes.

Pero como el gobierno central siguió dando vueltas al tema, el alemanismo solicitó al Congreso un crédito bancario de 3 mil 500 millones de pesos, otorgados en el último mes, noviembre del año 2004, y cuyo destino siempre permaneció oscuro.
Sin embargo, las versiones indican que el despacho de abogados cobró 23 millones de pesos por “el servicio” prestado, cuando ni siquiera iniciaron la demanda ante la Secretarí­a de Hacienda para la entrega de las participaciones.

Existió, pues, una simulación de hechos jurí­dicos, toca vez que el recurso de reclamación 340/2003, relativo al juicio de cumplimiento de los convenios de coordinación fiscal, fue resuelto en forma desfavorable para el gobierno de Veracruz el 17 de marzo, 2004, y fue notificado el primero de abril del mismo año.

Además, el despacho nunca efectuó una actuación judicial y, por tanto, se consumó el quebranto al erario de SEFIPLAN, tolerado y aprobado por Rí­os Alvarado, el diputado que escapó de San Juan Guchicovi para soñar con la gubernatura de Veracruz en el año 2004, cuando Miguel Alemán lo incluyó en la lista de nueve, y cuando abrigara tantas esperanzas que llegó a la Procuradurí­a de Justicia de la nación hurgando la ficha donde ligaban a Fidel Herrera con el narcotráfico… lo que además se trataba de una intriga.