Igual que los profe de Michoacán, Guerrero y Oaxaca que sitiaron el Congreso de la Unión cuando los llamados conscriptos de la patria, los legisladores, debatí­an sobre la reforma educativa…

Igual, digamos, que los profes de Veracruz, unos 3 mil, dijeron, sitiaron el Congreso jarocho exigiendo una revisión con lupa sobre las leyes secundarias de la reforma educativa…

Igual, pues, que los signos de los tiempos como los teóricos llaman a un paí­s en llamas, turbulento y convulso, tiempos quizá, acaso, del gorilato, porrismo estudiantil del siglo XXI, el mediodí­a de hoy viernes, una treintena de jóvenes, disfrazados con máscaras con las caras del exrector de la UNAM, José Sarukhán, y de Raúl Arias Lovillo, sitiaron la USBI de Xalapa para bloquear el último informe del rector de la U.V.

Una maestra los encaró y dijo: “Aquí­ está mi credencial de la U.V. Demuéstreme la suya de estudiante”.

Y el chico aquel, con pantalón de mezclilla, camisa de manga larga con cuadros azules, enmascarado con el rostro del exrector José Sarukhán, a quien señalan que como miembro de la Junta de Gobierno de haber bloqueado a Ví­ctor Arredondo, se alejó en silencio del Muro de Berlí­n de la zona universitaria.

Desde antes, de manera sorpresa, los enmascarados de plata y marfil y estambre… se adueñaron de las USBI, lista para el último informe, en cuatro de los cuales el exgobernador Fidel Herrera estuviera en primera lista, y en uno apenas de los cuales en tres años, Javier Duarte.

Pero además, se apropiaron de la unidad académica con un montón de invitados y maestros en el interior y quienes de plano fueron acuartelados, sin poder salir. Por fortuna, Dionisio Pérez Jácome, el ideólogo de los Juegos Centroamericanos 2014, llegó unos minutos después. Y quedó en el otro lado de la orilla. Libre, como ha sido desde cuando anduviera en polí­tica federal al lado de su cuate, el chiapaneco Jorge de la Vega Domí­nguez, secretario de Comercio.

Así­, en medio de la espada y la espada, el rector inició el diálogo con los jóvenes enmascarados, los pequeños subcomandantes Marcos, quizá los Batman y Robin, acaso los Zorros (por la última letra), a través del Muro de Berlí­n, la reja de hierro y fierro que sirve de entrada y salida a la USBI.

Pero del otro lado, el silencio como respuesta. Ni una palabra para responder con argumentos por sitiar la USBI, como el primer dí­a del sexenio de Fernando Gutiérrez Barrios cuando los porros, encabezados por José íngel Teddy Palacios, ocuparon la rectorí­a, inconformes según ellos, indignados, caray, con el nombramiento del doctor Salvador Valencia Carmona como rector.

Parecí­a, entonces, una acuarela del porrismo en los años obscuros de la U.V., cuando desde palacio nombraban, mejor dicho, imponí­an a los rectores, incluso, con la fuerza de las armas y de la policí­a, dí­as aquellos en que el rector, Rafael Velasco Fernández, revelara que cada vez que firmaba los cheques de los lí­deres de los porros le temblaban las manos; pero no obstante los seguí­a firmando porque, ni hablar, ellos gobernaban en las Lomas del Estadio.

LOS EMISARIOS DEL PASADO INMEDIATO…

Tendió así­ Raúl Arias el diálogo y el llamado a la cordura, la prudencia, la reflexión. Los rostros patibularios de los muchachos, mujeres y hombres, mejor dicho, de las máscaras, quedaron petrificados.

Son, dijo un profe, “los emisarios del pasado”, la frasecita aquella utilizada por Luis Echeverrí­a ílvarez en “la plenitud del pinche poder” y también por Gustavo Dí­az Ordaz para justificar, según ellos, el movimiento estudiantil del 68… que reproducí­a el modelo de Parí­s y Checoslovaquia, según lo reproduce Carlos Fuentes en su larga crónica “Parí­s, la revolución de mayo”.

Se desgañitó el rector; pero en ningún momento soltó de la mano derecha el folder con el original de su último discurso, ni siquiera, vaya, cuando el exrector, Carlos Manuel Aguirre, se desprendió de entre la multitud para darle un abrazo solidario. Y cuando el secretario general de la ANUIES y director de Educación Superior de la SEP y un par de académicos llegados desde España se integraban en la fila para el ánimo y el aliento.

Y más porque la Junta de Gobierno (los ocho académicos en primera fila) está a cuatro dí­as, incluido el sábado y el domingo para soltar el humo blanco con el nombre del nuevo rector. Y por tanto, politizada la sucesión de Raúl Arias, el único espacio de libertad que ha quedado de norte a sur de Veracruz “al margen del oleaje polí­tico”, los polí­ticos priistas siguen obsesionados con el autoritarismo, y como dijera un sociólogo, “con el gorilato”.

Y, de paso, bueno, quizá, codiciando el diezmo anual de los 4,200 millones anuales del presupuesto de la U.V. Bastarí­a referir que en los últimos ocho años, cada año el gobierno estatal ordeñó a la universidad 200 millones de pesos…

Entonces, rechazada la mano tendida, el rector invitó a caminar al auditorio de la facultad de Administración y Contadurí­a para dar cumplimiento al mandato de la ley orgánica de la U.V.

Mientras, los 50 diputados del Congreso local (menos uno, Enrique Levet Gorozpe, lí­der del FESAPAUV) debatí­an en la tribuna parlamentaria la iniciativa de ley para convertir la Secretarí­a de Seguridad Pública en una ultra contra súper secretarí­a, que a partir de la fecha manejará los 22,500 policí­as del sistema, los miles de agentes de tránsito, los negocios lí­citos e ilí­citos de los 21 reclusorios regionales y el transporte público de pasajeros en todas sus modalidades, desde autobuses de pasajeros y taxis hasta carretas, motocicletas y lanchas en las selvas de la tierra jarocha.

Es decir, como si estuviéramos en un Estado Policiaco. Porfirio Dí­az en los 33 años de poder. El general Victoriano Huerta con el embajador Woodrow Wilson. Augusto Pinochet en Chile. Idi Amí­n en Uganda. Benito Mussolini (que así­ deseó llamarlo su padre por Benito Juárez) en Italia.

El gorilato, pues, de los porros estudiantiles…

NI FINES PERSONALES NI POLíTICOS

Habló el rector de que en los últimos ocho años la U.V. nunca, jamás, fue utilizada “ni para fines personales ni tampoco polí­ticos”.

De que la autonomí­a permitió el debate público para el libre examen de las ideas y la reflexión crí­tica, otorgando una respuesta académica a quienes deseaban una respuesta polí­tica.

De que en la U.V. nunca regrese el porrismo ni tampoco el dispendio ni menos los años aquellos cuando fuera conducida de una forma autoritaria y corporativa.

Ni tampoco, claro, que la ambición polí­tica por un cargo público se convierta en la obsesión cotidiana.

Entonces, agradeció y reconoció al equipo que en los últimos ocho años permaneció a su lado en el ejercicio crí­tico y autocrí­tico de los objetivos y de los planes.

Y al mismo tiempo, de la amistad, el respeto y el afecto con 16 amigos mencionados uno poro uno, que con su ánimo, fortaleza y solidaridad “nunca hubiéramos llegado”.

El aplauso, mejor dicho, el vitoreo fue largo, extenso, avasallante y sólo terminó cuando con discreción Raúl Arias decidió sentarse, cruzando y entrecruzando los brazos con una sonrisa discreta.

Los chicos enmascarados aún seguí­an con el antifaz puesto…