Consulta pública en U.V.
•Objetivo: el nuevo rector
•Honorable Junta de Gobierno
I
A partir de ayer lunes la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana (U.V.) inició las consultas en las facultades y campus de norte a sur de Veracruz para escuchar a la comunidad magisterial y estudiantil su inclinación por el candidato de su preferencia para la rectoría.
Luis Velázquez
Al mismo tiempo, y desde el 11 de julio, abrieron una página web para que los profesores y alumnos manifiesten su tendencia por el candidato elegido, aportando, desde luego, razones de peso, en base a las neuronas, lejos del corazón y del hígado.
Son ocho los integrantes de la Junta de Gobierno y habrían de dividirse en dos y/o tres grupos para levantar las impresiones de los representantes de los casi 6 mil académicos y más de 60 mil alumnos.
Se trata de una parte de la auscultación, pues la prueba máxima habrá de darse hacia el 26 de agosto cuando los candidatos designados por la Junta de Gobierno sean entrevistados.
Dos días después, y de acuerdo con el programa, el nombre del sucesor del doctor Raúl Arias Lovillo será dado a conocer para que la toma de posesión se efectúe el 2 de septiembre, un día después del primer informe del presidente Enrique Peña Nieto.
II
La Junta de Gobierno está integrada por ocho académicos (cuatro del altiplano y cuatro de Veracruz) y su autoridad ética y moral está fuera de duda.
Incluso, a prueba de bomba.
Ellos actuarán y procederán con espíritu democrático, justo, abierto y transparente, sin prestarse a cochupos de ninguna naturaleza.
Su integridad se ubica más allá de intrigas y complots, y si alguna duda existiera bastaría referir la encuesta de Latinobarómetro, donde los políticos y los policías ocupan el último renglón de la confianza ciudadana, en tanto los sacerdotes y los maestros figuran en el primer plano.
Los ocho son académicos. Han entregado sus vidas al salón de clases. Y si alguien dudara de su entereza significaría un peligro para Veracruz y para México.
III
Los ocho académicos son depositarios de la autonomía de la UV. Incluso, algunos, pertenecientes a la sexta y séptima década de sus vidas. Más allá del bien y del mal.
Una edad cuando como dijera Albert Camus, el ser humano sólo piensa en recuperar un poco de dignidad.
Ellos, por el contrario, nunca la han perdido. Han sido congruentes con sus ideales, principios y convicciones.
Ahí están, entre otros, el doctor José Sarukhán, Los ocho miembros de la Junta de Gobierno de la Universidad Veracruzana son dueños de una entereza académica, ética y moral…, a prueba de bomba exrector de la UNAM, quien nunca, jamás, se atrevería, ni siquiera a pensar, en una negociación en lo oscurito.
Tampoco, claro, el investigador Alberto Olvera, maestro en la U.V. escritor y articulista de medios de izquierda, activista de las mejores causas sociales.
Ni menos, por ejemplo, nadie dudaría del doctor en Economía, Rolando Cordera, maestro emérito de la UNAM, investigador, gente de izquierda.
Y, bueno, la integridad del historiador Ricardo Corzo Ramírez, doctor Honoris Causa de la U.V. con una larga trayectoria, constituye un modelo de ética académica. Incorruptible.
Incorruptibles, también, los doctores Adalberto Tejeda Martínez, Adolfo Martínez Palomo, Carlos Octavio Rivera Blanco y Elena Rustrián Portilla, que han caminado en la vida con verticalidad.
Ninguno aceptaría un tráfico de influencias. Ofendería su naturaleza humana. Su dignidad. Su forma de ser, de pensar, de actuar y de vivir.
IV
Ellos están viajando a los campus de la U.V. en Poza Rica, Córdoba, Orizaba, Xalapa, Veracruz-Boca del Río y Coatzacoalcos para escuchar a los profes y estudiantes.
Luego, entrevistarán a los candidatos finalistas, y lo harán apegados al Estado de Derecho, la ley orgánica de la UV, la autonomía y la normatividad académica.
Su autoridad ética y moral inspira confianza. Y mientras sea así, la autonomía de la U.V. está salvaguardada.
Y, por añadidura, la autoridad de la comunidad universitaria.
Y también, claro, del rector Raúl Arias Lovillo, quien manteniendo el respeto a la decisión de la Junta de Gobierno, ha de velar por un proceso académico de primer nivel y gran categoría.

