En contraparte, todo mundo lo sabe, de norte a sur del paí­s, y también de Veracruz, proliferan las universidades privadas… Bastarí­a referir que solo “en el estado ideal para soñar” están registradas 242, la mayor parte con el RVOE federal, pues así­ tienen, digamos, proyección nacional… Por eso, habrí­a que irse con tiento cuando se rafaguea a la UV del rector Raúl Arias Lovillo quien, con todo y lo que se diga, ha aumentado la matrí­cula anual en un 20 por ciento, además de ofertar otras carreras técnicas… Es más, lo anterior resulta importante por lo siguiente: las 242 universidades privadas de Veracruz, incluida la Universidad Intergaláctica Popular Autónoma de Veracruz, UPAV, ofrecen en un 70, 80 por ciento, las carreras tradicionales, saturadas en el mercado, como son Leyes, Contabilidad, Medicina, Odontologí­a y Comunicaciones, sin que en ningún momento la secretarí­a de Educación de Adolfo Mota Hernández haya expresado el mí­nimo ápice para una solución digna…

BALAUSTRADAS: la misma UNAM, que oferta más de cien licenciaturas, ha lanzado una alerta amarilla: las carreras de mayor demanda son médico cirujano, derecho, psicologí­a, administración, arquitectura y comunicación… Y no obstante, la misma UNAM, la SEP y la SEV siguen otorgando RVOES as los mercenarios de la educación privada… En el caso de Veracruz nadie duda de que la UV es la mejor casa de estudios… Con más experiencia y solidez académica, con los mejores profesores y estudiantes y, desde luego, con superiores expectativas laborales… En contraparte, las universidades privadas todas son caras, pues la más barata cobra Más allá de grillitas sexenales, la UV necesita, dado su prestigio académico fuera de duda, un gran impulso para absorber a la demanda anual de estudiantes colegiaturas de 1,500 pesos, en tanto otras se disparan a 8 mil pesos mensuales… Además, y en el caso de las particulares, cobran entre 30 y 40 mil pesos por tirar la alfombra al graduado para caminar al encuentro del jurado calificador del examen profesional… Y aun cuando la UPAV, como afirma el dirigente sindical del FESAPAUV, Enrique Levet Gorozpe, es una solución; incluso, él mismo la aprobó como diputado local, la realidad es que la UPAV ha apostado a la cantidad olvidando por completo la calidad… Peor tantito si se considera lo siguiente: 1) La indignación de los alumnos exigiendo el solo cumplimiento de los programas… 2) La protesta de los maestros a quienes desde hace uno, dos años, les adeudan salarios… 3) La declaratoria de “colegio patito” por las Secretarí­as de Educación de Puebla y Tabasco… 4) Los salones improvisados de norte a sur de Veracruz, sin ninguna condición de bienestar fí­sico para el buen aprovechamiento escolar… 5) La venta de esperanzas con carreras saturadas en el mercado laboral… 6) Las locuras intergalácticas del rector pensando en una UPAV con alumnos en el Medio Oriente…

ESCALERAS: mientras la UV deja unos 15 mil alumnos fuera cada año, la UNAM llega a los 53 mil, y lo anterior significa, desde cualquier costado, una tragedia, un infierno, una pesadilla… Y por eso mismo, uno de los grandes desafí­os es acortar la distancia kilométrica entre el presupuesto de la UV, digamos por ejemplo, y la legí­tima aspiración de miles de estudiantes por ingresar a sus aulas… Con Felipe Calderón Hinojosa y Vicente Fox Quesada como presidentes de la república apostaron a privatizar la educación superior, y desde luego, todo el sistema educativo… Por fortuna, el parcito ya se fue y a partir del peñismo habrá de mirarse la polí­tica educativa para una solida digna y justa, la que más conviene a los estudiantes, lejos de repetir el modelo privatizador… Y es que la UV, la UNAM y el resto de universidades públicas están para atender a la mayor parte de la población, el 80, 90 por ciento ubicados entre la clase baja y media, pues los hijos de los ricos tienen hasta para estudiar posgrados en el extranjero… He ahí­ la gran, insustituible tarea académica de la UV y, por eso mismo, el cambio de actitud que la Secretarí­a de Educación y la UV y demás actores sociales, económicos y polí­ticos de Veracruz necesitan asumir, más allá de las grillitas sexenales…