En facebook ha aparecido “Sucesión Rectorí­a UV”, del que, por ahora, nadie conoce su origen, los artí­fices, los tecleadores, los operadores.
Y han publicado como noticia estelar la historia pública, secreta y clandestina de Enrique Levet Gorozpe, lí­der del FESAPAUV, el sindicato que aglutina a unos 6,500 maestros de la UV (otros dicen que suman 8 mil), y quien como diputado priista sueña con brincar a la rectorí­a de la UV, de igual modo como en otras entidades federativas lí­deres académicos de la universidad pública han pasado a la rectorí­a, incluso, a la gubernatura.
Fernando Moreno, de Colima; el senador Juan Carlos Romero Hicks, de Guanajuato.
En el siglo XX se decí­a que si una persona deseaba conocer la identidad de su verdadero padre (por si tení­a, incluso, dudas) se metiera a la polí­tica y se lanzara de candidato a un puesto de elección popular, pues de inmediato alguien entre la multitud le revelarí­a el secreto.
Ahora, las redes sociales se encargan del asunto. Y, desde luego, desde el anonimato. Y más como en el caso, cuando la sucesión en la rectorí­a se ha politizado, a partir de que el 90 por ciento de los aspirantes y suspirantes está litigando en los medios, cuando se trata de una decisión de la Junta de Gobierno integrada por nueve académicos (cuatro del altiplano y cinco de Veracruz), avalados todos por la autonomí­a universitaria.
El texto, contando la otra cara de Levet Gorozpe en la cuenta de facebook “Sucesión Rectorí­a UV”, está firmado por un llamado “Movimiento Estudiantil Ingenierí­a”, la facultad donde Levet estudiara la carrera de Ingenierí­a y se convirtiera en maestro, aun cuando, sus contemporáneos lo saben, sólo, acaso, quizá, arrastró el gis en el pizarrón frente al salón de clases un semestre, un mes, pues luego luego fue comisionado a sus tareas sindicales.

TALÓN DE AQUILES DE LEVET GOROZPE

En el texto le llaman terrateniente y casateniente; también “propietario de ranchos ganaderos” con negocios inmobiliarios.
Es más, el bombardeo cibernético alcanza hasta su familia. Los hijos. Incluso, hasta el sueldo mensual de uno de ellos.
Y, de paso, hasta “las empresas creadas para proveer de productos y servicios a varias facultades de la UV”.
Claro, desde el anonimato rafaguean al dirigente del FESAPAUV. Y aun cuando enumeran ¿posibles, reales? trastupijes, ilí­citos, tráfico de influencias, en ningún momento citan pruebas, testimonios, evidencias, coincidencias, suspicacias, perspicacias.
Incluso, en unos casos hasta exageran.
Pero, bueno, así­ ocurre con los fenómenos mediáticos desde el anonimato; más si se observa el principio básico de la propaganda sucia de que con la calumnia… algo queda. Mí­nimo, la duda sembrada. El cuchillo atravesado en la incertidumbre.
El rafagueo cibernético apenas inicia. La convocatoria de la Junta de Gobierno de la UV será publicada hasta el primero de julio, 27 dí­as después de la elección de los 212 alcaldes y 30 diputados locales, según el comunicado publicado el 13 de mayo, 2013, donde anotan los tiempos.
Pero como una parte mayoritaria de los por ahora aspirantes a gobernar en las Lomas del Estadio se han metido a las patas de los caballos mediáticos, entonces, ahí­ está la respuesta. La creación de la cuenta de facebook “sucesión rectorí­a UV” y, por añadidura, los francotiradores.
En nombre de las pasiones desordenadas, la mayorí­a de suspirantes han olvidado un principio fundamental: la Junta de Gobierno de la UV tomará una decisión académica, más allá de la pasarela mediática.
Pero, ni hablar, lo establece el dicho ranchero: “Quien se mete… se aguanta”. Y la historia clandestina de Levet Gorozpe circula ya en las redes sociales, una campañita que ni siquiera se asomó cuando se habí­a anotado como precandidato a la alcaldí­a jarocha.
Miles de profes afiliados al FESAPAUV aclamarán al diputado priista, comisionado en el distrito de Misantla, para garantizar el triunfo en las urnas de 14 candidatos a las presidencias municipales y uno al Congreso.
Y, en contraparte, las redes sociales se ocupan de su talón de Aquiles. El pasado lo está condenando.