Los buscadores de desaparecidos. Los buscadores de secuestrados. Los buscadores de asesinados. Los buscadores de fosas clandestinas. Los buscadores de familiares a quienes “vivo se los llevaron y vivos los queremos”.
El libro será presentado en el Foro Elena Poniatowska en el Zócalo de la Ciudad como parte de la Feria Internacional del Libro por el semanario Proceso y la ONG “Brigada para leer en libertad” de Paco Ignacio Taibo II, designado la semana anterior por AMLO, el presidente electo, como director general del Fondo de Cultura Económica, cuyo antecesor en el siglo pasado fue el historiador Daniel Cosí­o Villegas.
El libro será presentado por Marcela Turati, Noé Zavaleta, José Gil Olmos y Germán Canseco.
Se trata del segundo libro de Zavaleta. El primero fue, en pleno sexenio anterior, “El infierno de Javier Duarte, crónicas de un sexenio fatí­dico” y que como todos saben, está preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México sentenciado a nueve años de cárcel, casi casi, igual, igualito, al indí­gena chiapaneco que por robar tres conejitos para llevar el itacate a su familia fue condenado a nueve años de prisión.

HISTORIA DE DESAPARECIDOS

Cada uno de los seis reporteros cuenta la historia de los desaparecidos en una entidad federativa y algo más.
En el libro desfila el infierno “tan temido” en Veracruz, Tamaulipas, Guerrero, Morelos, Sinaloa, Chihuahua y Nuevo León y en la frontera norte tanto del lado mexicano como estadunidense.
Son historias de las personas y los personajes desaparecidos y de los Colectivos y Solecitos, integrados con madres y padres con hijos desaparecidos y también con parientes.
A Noé Zavaleta le correspondió caminar Veracruz buscando nuevas historias de las ya conocidas, y con más detalles de las ya publicadas, como por ejemplo, la de Gerson Quevedo, desaparecido en Medellí­n.
Y luego de cuatro años la Fiscalí­a entregó un cráneo y diecisiete huesos asegurando que eran de Gerson.
Desde luego, son relatos de terror, horror y barbarie que a nadie se desean, pero que fueron, quizá todaví­a son, inevitables como parte de la violencia que se vive y padece de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Y más en un paí­s donde la estadí­stica del miedo “y del miedo al miedo” como dijera el poeta español, León Felipe, es la siguiente:
Al momento, ciento treinta mil homicidios.
Más de treinta mil desaparecidos.
Más treinta y dos mil desplazados, personas y familias que han debido migrar a otras entidades del paí­s buscando la tierra prometida y soñada y que en cada estado donde viví­an les eran negada.
Zavaleta pertenece a esa casta de reporteros con una altí­sima tarea, mí­stica y apostolado social al servicio de las causas más justas y que abandera con integridad.
Pocos, excepcionales trabajadoras de la información como el corresponsal de Proceso, a la altura del legado histórico de Regina Martí­nez Pérez, la reportera asesinada el 28 de abril del año 2012 en Xalapa en su departamento, y antecesora de Zavaleta en el semanario fundado por don Julio Scherer Garcí­a, el gran director que cuando Javier Duarte y compañí­a le dieran una explicación del crimen les contestó con tres palabras bí­blicas:
“No les creemos”.

EL LIBRO SE LEE DE UNA SENTADA

En la portada del libro “Los buscadores” aparece el cielo grande y ancho, con un fondo blanco teñido de negros y escasos, limitados azules.
Un hombre de espaldas y con tenis transita sobre un camino lleno de hierbas y matas colgando en la espalda una cartulina con la leyenda, iguales, igualitas a las que suelen usar las madres de los desaparecidos en marchas.
Y en el primer plano está una zapatilla color rosada volteada, se entiende y presume, de una mujer desaparecida sin dejar una huella.
La foto ilustra y documenta la realidad sórdida y atroz, pero, bueno, cuestión de jerarquí­as periodí­sticas, noticiosas y literarias, ficcionales o reales, el uso de la zapatilla bien pudo sustituirse por otra realidad más impactante y que como buen, extraordinario fotógrafo Germán Canseco ha de tener en su archivo.
Cumple su función, no obstante, con todo y que esa zapatilla rosada aparece en color roja en una serie televisiva sobre historias de amor impresionante y desaforado.
El libro vale 260 pesos y se lee, como dicen los estudiantes de la facultad de Filosofí­a y Letras, de una sentada, porque el relato periodí­stico y que es rigor informativo se añade la calidad literaria y que es la pulcritud para contar historias ficcionales como la novela y el cuento.
Un abrazo lleno de respeto y admiración para Noé Zavaleta, quien ya tiene en proceso el tercero libro y del que ha escrito unas cuarenta a cincuenta cuartillas y que lo pronto se llamará “Los reyes de Veracruz” y contará historias truculentas sobre los caciques locales y regionales de la tierra jarocha, tan abundantes y prolí­ficos.