Expediente 2012
Veracruz, campeón de secuestros en el paí­s
Luis Velázquez
19 de febrero de 2012

Secuestrado el jueves 16 de febrero en la noche en su domicilio en una colonia de Emiliano Zapata, el profesor Guillermo Cano Preza fue liberado el viernes en la madrugada.
De acuerdo con el boletí­n, las fuerzas federales y la policí­a local intervinieron con prontitud. Otras versiones hablan de que fue confundido y por eso lo soltaron.
En ambos casos, por ningún concepto puede minimizarse el trabajo de su hija en las redes sociales, quien a través del twitter armó un gran operativo enunciativo y denunciativo.
Y, bueno, serí­a injusto menospreciar y desvalorizar la efectividad del twitter, con todo y haber sido criminalizado y hasta una ley de perturbación del orden público fuera instaurada para que Veracruz sea ”˜”™el estado ideal para soñar”™”™.
Mientras tanto, habrí­a de referir la estadí­stica del Instituto Ciudadano de Estudios sobre la Inseguridad, donde el estado de México, Tamaulipas y Veracruz concentraron el mayor número de secuestros en el año 2011.
Todaví­a peor.
En el último año del góber fogoso, 2010, Veracruz tuvo, de manera oficial, 36 plagios, y hacia diciembre de 2011, el número de raptos (se insiste, oficiales) se disparó a 112.
Claro, a vuelo de pájaro el ciudadano común y sencillo del Veracruz próspero está seguro, cierto, de que el número de plagios de norte a sur de la entidad ha alcanzado un número insospechado, pues por miedo y temor decenas, cientos quizá, de familias se abstienen de la denuncia.
Y/o en todo caso, se la llevan pian pianito, con bajo perfil, con la veladora encendida en casa y rezando cada noche, pues el corazón les dice que el hijo desaparecido y secuestrado sigue con vida.
Así­, y por fortuna, corrió suerte la hija del diputado local, dirigente cetemista y magnate transportista de Orizaba, Ví­ctor Garcí­a Trujeque, quien 45 dí­as después de secuestrada volvió a casa.
Pudiera entenderse, quizá, a partir de que el padre es un actor polí­tico y hubo presiones. Incluso, se habla de un rescate millonario.
Pero el resto de los veracruzanos secuestrados han corrido otro destino.
Bastarí­a revisar la página web de la procuradurí­a de Justicia para cuantificar con sorpresa y dolor el número de personas levantadas, cuyas familias los siguen llorando en la incertidumbre y la zozobra.

ESTRUJANTE REALIDAD ATRíS DE LA ESTADíSTICA

En el año 2011, el estado de México, donde Enrique Peña Nieto ha sido declarado hijo predilecto, alcanzó 170 secuestros denunciados.
Tamaulipas, asiento de los cárteles de la droga, 145.
Veracruz, 112.
Guerrero, 99. Michoacán, 96. El Distrito Federal, 74.
Nuevo León, 55. Morelos, 47. Tabasco, 46. Chihuahua, 45.
La tarjeta amarilla se enciende, porque mientras Chihuahua, sólo con Ciudad Juárez, declarada la ciudad más violenta e insegura del mundo, una pelí­cula (Bordertown) con Jennifer López y Antonio Banderas sobre el secuestro y asesinato de mujeres, más de 20 libros sobre el plagio de migrantes, el asesinato masivo de personas secuestradas, se ubicó en 2011 en una categorí­a cinco veces debajo de Veracruz.
Pero además, el Distrito Federal, la metrópoli más grande del planeta, refugio y asiento de los cárteles de la droga, la ciudad más cosmopolita de América Latina, apenas y alcanzó 74 secuestros denunciados el año anterior y Veracruz se disparó en casi un 75, 80 por ciento más.
Resulta curioso, indicativo y significativo: en los dos últimos años de gobierno de Enrique Peña Nieto, el Estado de México alcanzó 133 en 2010 y se incrementó a 170 en plagios (se insiste, denunciados) en 2011.
Pudiéramos, entonces, sentir que Edomex y Veracruz están hermanados, pues por alguna razón un dí­a después del sexto informe de Peña Nieto, Veracruz y Toluca pactaron en la fraternidad para el resto de su vida, bueno, mejor dicho, cuando menos de aquí­ al año 2016.
Sirva de consuelo, no obstante, que el estado de México es el territorio más peligroso para la vida cotidiana en el paí­s.

DEL ESTADO DE BIENESTAR AL ESTADO FALLIDO

El Instituto de Seguridad confirma que ”˜”™por el temor de las ví­ctimas, tan sólo 4 de cada 10 plagios son reportados”™”™ a la autoridad policiaca.
De ser así­, entonces Veracruz, al lado de Edomex y Tamaulipas, estarí­a en el centro del vértigo y la desesperanza, y más si se consideran los secuestros exprés.
Curioso, porque en Veracruz, como en otras entidades federativas, hay “una marcada presencia de las fuerzas federales, además de operativos conjuntos” con las policí­as locales. (Reforma, 17, 2, 2012)
Por lo pronto, habrí­a de considerar, en todo caso, y con optimismo, que mientras las fuerzas armadas han logrado, digamos, combatir el tráfico de drogas, en contraparte ha crecido el número de secuestros, pues los cárteles diversifican sus acciones, entre ellas, el plagio, pero al mismo tiempo, las extorsiones y las cuotas a los changarros grandes, medianos y pequeños.
Se viven y padecen, pues, dí­as turbulentos y convulsos en Veracruz. Y más allá de la guerra de cifras en materia de seguridad, cada vez que de norte a sur de la entidad, desde Tampico Alto hasta Agua Dulce y Las Choapas, y hacia Perote y Acultzingo, un paisano es levantado y secuestrado y asesinado el Estado de Bienestar queda bajo sospecha, dando paso a un Estado fallido.
Triste escenario si Veracruz está considerado uno de los estados más endeudados del paí­s, y al mismo tiempo, uno de los más pobres, con cuando menos 15 de los municipios más jodidos de la nación, con 900 mil analfabetas hacia 2010 según sostuviera el doctor Ví­ctor Arredondo ílvarez y/o 650 mil según Adolfo Mota según el Inegi.
Ya ni se diga el prestigio que el sacerdote José Alejandro Solalinde Guerra, director del albergue “Hermanos en el camino”, con sede en Ixtepec, Oaxaca, ha perfilado en el mundo de que Veracruz “es la capital nacional del secuestro de migrantes” y de que aquí­ hay más fosas clandestinas con cadáveres de indocumentados que en San Fernando, Tamaulipas.