Nació en 1968, ese año de protesta social e injusticia. Quizá fue eso o su carácter aguerrido lo que lo llevo a empaparse de lecturas sobre el movimiento estudiantil de ese año desde que empezó a leer.

Hoy está a unos meses de ser diputado federal y asegura que como maestro y como polí­tico, no dejará a un lado los crí­menes de estado contra los estudiantes. Pero el camino es difí­cil, el Congreso Federal lo esperará lleno de polí­ticos de oposición a su ideologí­a y una minorí­a respaldándolo.

Aceptó la entrevista de inmediato; pero la agendó hasta dos semanas después de su triunfo en las pasadas elecciones del siete de junio. "Hay que cuidar los votos" dijo en aquel entonces.

Al fin se dio un espacio para atender a la prensa. Un café lechero para aguantar la platicada, chamarra negra de cuero para soportar el fresco de la mañana, y el rostro del presidente de la república marcada con una X para demostrar su rebeldí­a.

Dice: “Peña no es mi presidente. Y lo voy a decir en tribuna porque yo pertenezco a un distrito donde no ganó ni una casilla Peña Nieto, así­ que me voy a dar el lujo de gritárselos en la cara" asegura sonriendo y empujando el cuerpo hacia adelante porque la espera le incrementa el deseo de hacerlo.

En su niñez querí­a ser paletero… sí­, andar en un carrito vendiendo paletas de sabores. Después pensó sin la gula de los niños pequeños y aseguró a sus padres que su futuro real era ser bombero; pero poco después también abandonó esa idea. De ser diputado "nunca lo pensé".

Al fin supo que querí­a ser ingeniero hasta que un profesor lo reprobó y quiso abandonar su carrera. "Mi padre me dijo que nunca debo creer que no sirvo para algo, porque todos nacemos para ser capaces de lo que queramos. Si no se sabe hacer, se aprende".

Su carrera académica es mucho más larga que la polí­tica. Egresado de la facultad de Ingenierí­a Mecánica Eléctrica de la Universidad Veracruzana, realizó una maestrí­a en el Instituto Politécnico Nacional.

Posteriormente realizó, becado, una maestrí­a en la Universidad de Manchester de Inglaterra y fue profesor en la Universidad Técnica de Hamburgo, en Alemania.

Al regresar a Veracruz consiguió un contrato como profesor de tiempo completo de su alma mater en la entidad. Para ese entonces tení­a el pensamiento común de los ciudadanos, ese de decepción porque el cambio de gobierno en el que muchos creyeron en el 2000 con Vicente Fox Quezada se derrumbó rápidamente.

Cuitláhuac Garcí­a ya era un miembro activo de muchas luchas sociales, su hartazgo por la polí­tica tuvo su máximo esplendor cuando en la llegada de Enrique Peña Nieto todos los partidos polí­ticos, incluyendo el PRD (donde su padre fue militante y él simpatizaba) aprobaron el Pacto con México.

En ese momento decidió unirse al nuevo proyecto de Andrés Manuel López Obrador.

EL AMOR A MORENA NO FUE A PRIMERA VISTA

"Mi formación polí­tica era un poquito más radical que la que postula Andrés Manuel; pero he aprendido que para lograr avanzar tenemos que consensuar con lo que la gente quiere y se tiene que aprender ese problema".

Antes de conocerlo, Cuitláhuac no pensaba de la misma forma que el lí­der de MORENA; pero acepta que ahora comprende su deseo de acabar con la corrupción en primera instancia.

Y admira el trabajo que ha realizado y su constancia en el deseo polí­tico de quitarle la Presidencia de la República a los malos partidos polí­ticos a pesar de las derrotas ilegí­timas que ha tenido.

"NO VIVIMOS DE LA POLíTICA"

Aunque su padre fue diputado local por el PRD, el candidato ganador de MORENA prefiere hablar de él como el profesor que siempre fue. Asegura que ni su padre ni él están interesados en vivir de la polí­tica, nunca los han hecho ni él ni sus cinco hermanos.

En realidad se trata de una ideologí­a de lucha que se opone al mal gobierne, el que siempre ha tenido Veracruz y que mantiene la esperanza de cambiar con el partido de izquierda al que pertenece.

"Lo que yo quiero es seguir por cambiar las cosas y eso no va a parar. Mis años de lucha han sido desde joven pero yo no estoy por los cargos. Me ofrecieron ser diputado en la elección pasada, me ofrecieron ser regidor también pero no me interesa eso, me interesa luchar".

¿GANÓ AMLO, MORENA O CUITLíHUAC?

Para el próximo diputado federal, el primer factor que hizo posible su triunfo en la ciudad de Xalapa es la admiración y empatí­a que siente la población por Andrés Manuel López Obrador.

El segundo factor que influyó fue el que la ciudadaní­a prefirió tener un candidato con respaldo académico, con formación profesional destacada y que no le interese ir de cargo en cargo dentro de la polí­tica, "eso lo vieron en mi".

El tercer factor se debió a que la candidata del PRI no era querida por nadie: "Creo que la única que creí­a que era buena candidata era ella misma, porque ni los priistas".

Pero, además, asegura que Xalapa urbano cuenta con la ventaja de tener mayor acceso al internet, y con eso, mayor acceso a la información. Eso les permitió analizar de forma crí­tica y retirarle el voto a quienes no han cumplido.

EL COMPROMISO DE SER DIFERENTE

Derivado de la aprobación de un código de ética y austeridad que se firmó a nivel nacional en el partido, donde todos se comprometen a realizar ese rechazo de bonos para apostarle a la inversión educativa, Cuitláhuac Garcí­a se unirá al rechazo de bonos, prestaciones onerosas y el seguro médico particular que se les otorga a los diputados.

Con este recurso se creará el fondo "becarios sí­, sicarios no", que pretende impulsar la educación para erradicar la violencia y la delincuencia en el paí­s.

"Hemos visto experiencias que han querido rechazar el financiamiento público y es difí­cil porque no lo aceptan de regreso. Pero entonces nosotros lo vamos a recibir y a destinar al fondo".

Pero lo más importante, opina, es que en cuanto llegue al curul exigirá la destitución del Secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez Zurita, y todos los funcionarios que resulten responsables de los ataques contra estudiantes, como el del pasado 5 de junio en la madrugada que dejó con el rostro destrozado a tres jóvenes estudiantes y activistas.

MANGOS, TROVA Y UNA FAMILIA PENDIENTE

Desde la preparatoria comenzó a realizar textos polí­ticos para su periódico escolar "Clip", siempre le gustó estar informado y participar activamente en la toma de decisiones. Fue un estudiante ejemplar por la enseñanza que deja tener dos padres profesores y un historial familiar de pobreza.

Pero también aprendió a trabajar: "Yo vendí­ mangos en el mercado Rendón, vendí­a mis bolsitas de mango que cosechaba con mi papá. Sólo fue por temporadas; pero nos enseñaron que el trabajo no es un castigo, es algo gratificante y en ese momento tení­amos que apoyar en la casa porque la situación estaba un poquito difí­cil".

El 18 de abril cumplió 47 años, su vida profesional sigue enriqueciéndose; pero en su vida personal: "Quise casarme un tiempo atrás pero no resultó. Mi vida ha sido viajar para estudiar de Xalapa a México, luego cuatro años en Inglaterra, luego en Alemania. Entonces ¿quién me va a querer así­? Nadie te espera".

Pero ¿quién es Cuitláhuac Garcí­a? "Soy alguien que desde chico puso los pies en la tierra"… Hace una pausa para comprar un paquete de chicles a un pequeño vendedor. Después no vuelve a encontrar el hilo a su respuesta: "Es que no me gusta definirme".

Al concluir aclara que sus gustos musicales son parte de su definición como persona. Canta dos lí­neas de la canción "Acuérdate de abril" de Amaury Pérez. Y se despide porque hay más cosas que atender.