Es decir, buscarán la diputación federal para ganar tanto inmunidad como impunidad.

Y es que ninguna duda existe que si, por ejemplo, Miguel íngel Yunes Linares ganara la elección de gobernador en el año 2016, de igual manera como la obtuviera con 30 mil votos más en las urnas en el año 2010, entonces, el destino de varios de los candidatos priistas al Congreso de la Unión será la cárcel.

A menos, claro, que para entonces tengan inmunidad legislativa.

Incluso, hay priistas para quienes el mismo destino tendrí­an todos ellos si el futuro jefe del Poder Ejecutivo Estatal fuera, digamos, cualquiera de los senadores tricolores, Pepe Yunes Zorrilla y/o Héctor Yunes Landa.

Por una sola razón, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica: si el sucesor en el palacio principal de Xalapa desea ganar legitimidad, la estrategia infalible será encarcelar a varios secretarios y ex secretarios, de primer nivel, del sexenio actual, incluso, del fidelato.

Por eso, Lagos, Carvallo, Mota, Spinoso y otros más fueron nominados, es decir, para ganar la curul y, por tanto, blindarse.

II

En esa tónica, ninguna duda existirá que para el año entrante, cuando la LXIII Legislatura llegue a su fin y sean nombrados los candidatos a diputados locales, también incluirán en la lista a los funcionarios estatales restantes… necesitados de la inmunidad.

Entre ellos, Vicente Bení­tez, el Oficial Mayor de la Secretarí­a de Educación, con todo y sus Maletas Voladoras conteniendo 25 millones de pesos en efectivo, en denominaciones de billetes de mil pesos, nuevecitos, amarrados con ligas, y cuya fama pública registra que eran el diezmo de Fidel Herrera.

Además, del derroche y el dispendio millonario De igual manera como Érick Lagos, Jorge Carvallo, Motita y Édgar Spinoso fueron enviados para buscar la curul federal y ganar inmunidad y, por tanto, impunidad, otros más están listos para diputados locales el año entrante, entre ellos, Vicente Bení­tez, Gabriel Deantes, Ramón Ferrari, Alfredo Ferrari, Ricardo Garcí­a, Arturo Bermúdez y Harry Grappa con la fallida aventura periodí­stica en Jáltipan con el periódico “El demócrata del sur”.

Gabriel Deantes Ramos, el secretario de Trabajo y Previsión Social, operador electoral con mala fama del priismo, quien en menos de un sexenio con sus ahorritos se compró dos mansiones en el fraccionamiento Las ánimas, de Xalapa, más un centro comercial, más un edificio de cuatro plantas, más lo que se desconoce.

Ricardo Garcí­a Guzmán, el poderoso, poderosí­simo dueño de la Contralorí­a, la secretarí­a de Finanzas y Planeación, el ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, y la Comisión de Vigilancia del Congreso, quien además tiene a uno de sus hijos como presidente municipal de Pánuco y el otro a punto de entrar, quizá ya ungido, con un puestazo en SEFIPLAN, luego de haber intrigado a Mauricio Audirac e imponer a uno de los suyos.

Arturo Bermúdez Zurita, el general de West Point y la Interpol, cuya fama pública habla de varios negocios al cobijo de la Secretarí­a de Seguridad Pública, que le han permitido, entre otras cositas, su holding hotelero, además de un ranchito con animales exóticos.

Harry Grappa, el poderoso secretario de Turismo con su holding de siete empresas, todas clientes privilegiadas del gobierno de Veracruz y cuyos pagos en SEFIPLAN salen fast track, en la inteligencia de que si se atrasan amenaza con informar al jefe máximo.

Alfredo Ferrari Saavedra, presidente del CDE del PRI, debido a los (presuntos) trastupijes cometidos con el dinerito del Fideicomiso del 2 por ciento a la nómina y, por tanto, necesitará toda la inmunidad del mundo.

Incluso, Ramón Ferrari Pardiño, quien con su banda de Los bembones recibieron un curso de capacitación en la Comisión de Desarrollo del Papaloapan impartido por Alí­ Babá.

Los anteriores funcionarios, más otros que se acumularan, serán ungidos candidatos a diputados locales para ser blindados por todos los costados ante el Veracruz turbulento que anuncia la tempestad.

III

Ninguna duda existe que algunos candidatos priistas a diputados federales han sido enviados a competir en las urnas para ganar, más que la curul, inmunidad y, por añadidura, impunidad.

Y es que a estas alturas son demasiadas las evidencias, sospechas y dudas de que para todos ellos, gobernar es robar.

Y por tanto, parte del descarrilamiento económico y financiero del gobierno de Veracruz se debe al saqueo operado desde el frente de batalla que cada uno ha cubierto.

POSDATA: El saqueo en los últimos cuatro años con cuatro meses desde el gobierno de Veracruz ha sido tanto que la mayor parte del gabinete legal y ampliado necesita blindaje polí­tico, además de una Fiscal General (que lo será durante nueve años) para que el blindaje sea total y absoluto