Regreso sin gloria
•Tomás Ruiz González es el quinto secretario de Infraestructura, antes SECOM
•Pero regresa al duartismo, en medio del descrédito del gobierno de Veracruz a partir de las irregularidades detectadas por la Auditoría Superior de la Federación
•Y cuando el único objetivo es ganar la elección de diputados y federales a mitad de año y de gobernador el año entrante
Luis Velázquez
Con Ernesto Zedillo fue el genio financiero creador del SAT.
Con Vicente Fox, director nacional de BANOBRAS.
Y con Elba Esther Gordillo, líder nacional de un partido político, el PANAL.
Emberrinchado, jamás se conocieron las razones de su renuncia al gabinete legal de Javier Duarte como secretario de Finanzas y Planeación.
Entonces, incursionó en sus negocios, casas de empeño y de cambio, se afirma.
Pero, bueno, quizá la víbora de la política chillando, acaso aburrido de los negocios, el caso es que de pronto, zas, aceptó regresar al duartismo y ha sido nombrado, ni más ni menos, el quinto secretario de Infraestructura y Obra Público.
El cuarto, Gerardo Buganza Salmerón.
El tercero, entonces secretario de Comunicaciones, Raúl Zarrabal junior, a quien luego de satanizarlo en la prensa y aguantar vara, lo premiaron con la secretaría general del CDE del PRI.
El segundo, Francisco Valencia, perredista desde el fidelato cuando servía de agente diplomático en el partido del sol naranja, dueño de un consorcio gastronómico, ahora despachando en la dirección de la Comisión de Agua del Estado.
Y el primero, Guillermo Herrera, quien venía del fidelato, premiado, además, con la subsecretaría de Turismo y una notaría pública.
No hay quinto malo cuenta el adagio popular. Y Tomás Ruiz es el quinto.
Raro y extraño su regreso al duartismo por las siguientes razones, entre otras:
Una. Se fue de SEFIPLAN como las criadas al cuarto para las doce. Sin razones. Sin una explicación al contribuyente de Veracruz que le pagaba su salario y viáticos y prestaciones.
Dos. Regresa al barco sexenal cuando el duartismo va en el V año del sexenio. De salida, pues. El año de Hidalgo también le llaman al sexto.
Tres. Regresa… cuando SEFIPLAN está peor que cuando él estuvo y se fue. Peor tantito ahora con el lodazal descubierto por la Auditoría Superior de la Federación.
Cuatro. Regresa… cuando antes la SECOM, y ahora la SIOP, sin obra pública trascendente en la vida regional y local de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
Cinco. Regresa… cuando su antecesor, Gerardo Buganza armó un escándalo con un montón de obras inconclusas y bajo sospecha como el Túnel Sumergido, por lo que, anunció, demandaría a sus antecesores.
Y nada a la fecha ha ocurrido, no obstante que interpuso la denuncia penal ante la entonces procuraduría de Justicia, ahora Fiscalía General por nueve años.
Seis. Regresa… en medio del descrédito social, político, económico, moral y ético del sexenio próspero.
Ocho. Regresa… según sus boletineros porque será ensartado, igual que en el sexenio de Miguel Alemán Velasco, como precandidato oficial y oficialista a la gubernatura de dos años, cuando, caray, nadie ha podido desplomar como punteros en la encuesta histórica a los senadores Héctor Yunes Landa y José Yunes Zorrilla.
Y más si se considera el carácter roñoso de Tomás Ruiz, quien ante los demás actúa con soberbia y petulancia, creyéndose parido por los dioses, hijo de Zeus, quizá de Adán y Eva en el paraíso, el dandy sexenal.
Nueve. Y regresa… sin Ana de la Reguera, la actriz que en el tiempo de SEFIPLAN le daba feeling a su vida y a su presencia.
Más aún si se considera que con todo, Ruiz González tiene un nombre, un crédito y un prestigio que cuidar, aun cuando, bueno, también estaría viviendo el tiempo de las vacas flacas del que habla el Eclesiastés.
UN FINANCIERO SEDIENTO DE PODER POLíTICO
¿Tan mal le fue, le ha ido, en los negocios?
¿Tan sediento está de poder político?
¿Pues… cuánto le pagarán para haber aceptado la SIOP?
Pero además, ¿qué otras prebendas y canonjías recibirá para aceptar el cargo?
Claro, de antemano ya pasaron por alto que si en la SIOP se requiere un ingeniero, un arquitecto, un constructor que conozca a profundidad la industria; pero además conozca los vericuetos de Veracruz, Tomás Ruiz es un técnico de las finanzas.
Pero, bueno, en un Veracruz donde un ingeniero, Buganza, es secretario General de Gobierno…
Y un licenciado, Juan Antonio Nemi, fue secretario de Salud.
Y una Barbie, Dominga Xóchilt Tress, directora de Espacios Educativos de la SEV.
Y un licenciado en Derecho, José Tomás Carrillo junior, secretario de Desarrollo Agropecuario como ahora un dentista, Ramón Ferrari Pardiño.
Y a una chiquilla de 23 años condecoran como subsecretaria de Fomento Ambiental…
Etecé, etecé, todo es válido.
NADA GARANTIZA LA TRANSPARENCIA
Nada indica, pues, que con su perfil, el quinto titular de la SIOP pueda sacar al buey de la barranca.
Hoy, la chamba del gabinete legal y ampliado del duartismo es ganar, primero, la elección de diputados federales para que el jefe máximo entregue, mínimo, el triunfo del PRI en 16 curules al presidente Enrique Peña.
Y segundo, ampliar y fortalecer las circunstancias para que el Maximato fidelista se extienda con un candidato a modo para la gubernatura de dos años y, por supuesto, gane en las urnas.
Por eso, y en el caso de la SIOP, la obra pública que pudieran lanzar será con sentido electorero y, bueno, si Tomás Ruiz ya fue líder nacional de un partido, quizá, acaso, podría operar como tal los procesos electorales pendientes en el territorio jarocho.
No obstante, muy urgido ha de estar de una chambita así…, aun cuando con todo y prestigio nada garantiza la transparencia ni la rendición de cuentas.