El jet de Jorge Carvallo
•En el año 2004, Carvallo junior llegó a Xalapa en un volchito
•Diez años después compró un Jet Beechcraft, modelo 1993, matrícula XBPOR, con capacidad para nueve personas, con sede en los hangares del capitán Roberto Abed, expropietario de Aerolíneas Internacionales
Los hay de todos los modelos. Incluso, hasta militares.
Luis Velázquez
En su publicidad, por ejemplo, cacarean que son aviones verdes que llevan pasajeros más lejos con menos combustible y que su diseño “representa un nuevo nivel de potencia y durabilidad”.
Su cabina “es más cómoda y capaz jamás ofrecida en su clase”. Pero además, “hace volar más productivo, entretenido y relajante”.
Dice la propaganda:
“Viaje a cualquier lugar del país y del mundo, la versatilidad y el confort… le mostrará las razones por qué los pilotos, las empresas y los gobiernos de 105 países han confiado en ellos… a lo largo de los años, más que cualquier otro avión de negocios”.
Tal cual… se refieren así a la línea comercial de los aviones King Air, en donde se incluye a los Jet Beechcraft, uno de los cuales fue comprado por Jorge Alejandro Carvallo Delfín, quien ha sido secretario particular de Fidel Herrera y Javier Duarte, presidente del CDE del PRI, diputado local, secretario de Desarrollo Social y precandidato priista a diputado federal por el distrito de Los Tuxtlas y, como tal, ahorrador que es pudo comprar la navecita.
“El toluco” le llama Érick Lagos. También “El naricitas” desde su operación plástica. De igual manera “El barriguitas” desde su liposucción para rasurarse la panza y verse y parecerse más a un galán.
El galán nacido en el estado de México; pero que soñó con haber nacido en Lerdo de Tejada, donde con el tráfico de influencias tramitó una acta de nacimiento.
Su avión es modelo 1993, con la matrícula XBPOR, con cupo para nueve pasajeros, con sede en los hangares del capitán Roberto Abed, expropietario de Aerolíneas Internacionales.
Según los conocedores le habría costado unos diez millones de pesos y tiene dos pilotos, ambos originarios de Sinaloa, uno de los cuales está a punto de contraer nupcias con una chica que fue Miss Xalapa.
POLíTICO POBRE… POBRE POLíTICO
Lejos, pues, el año 2004, cuando Fidel Herrera fuera ungido candidato priista a gobernador y Carvallo junior aterrizó a su lado con todos los llamados “Niños infieles” en un Volkswagen viejo y jodido, color rojo.
Más lejos la transición de Miguel de la Madrid a Carlos Salinas, cuando un amigo mexiquense acercó a Carvallo junior con Fidel Herrera, entonces auxiliar de Patricio Chirinos, representante del PRI ante el Instituto Federal Electoral, IFE, y “El tío” se lo asignó a su operador, Ranulfo Márquez Hernández.
Más lejos, pues, la precariedad que ahora ha olvidado por completo con su avioncito, y su mansión en Los Tuxtlas, en la calle principal, comprada en diez millones de pesos al dueño del hotel La finca de Catemaco.
Y su equipo de béisbol, Los brujos de San Andrés.
Y su mansión en la calle Robles, lotes 14, 15, 16 y 17 en el fraccionamiento Club de Golf de Xalapa, el más exquisito y fino de la capital.
Y su rancho ganadero en la sierra de Papantla que dice el presidente del PRI jarocho, Raúl Díaz Diez, desde que ambos trabajaron en el CDE del PRI.
Por eso es que el héroe de la historia priista que Carvallo junior adora es Carlos Hank González, aquel de la frase bíblica, rotunda y categórica: “Político pobre es un pobre político”.
Y, por eso mismo, aferrarse a la vida; pero nadando en las aguas turbias y sórdidas del poder político con parte de la familia… lista para aterrizar en el Congreso de la Unión y de ahí, bueno, a continuar luchando por el siguiente paso:
Uno, la gubernatura de Veracruz para Jorge Alejandro Carvallo Delfín.
Y, dos, la gubernatura del estado de México para su hermano Karim, el alcalde de Huixquilucan que también fue nominado para la curul federal; pero que antes tuvo espacio y tiempo para inmortalizar su nombre con una estatua en el pueblo.
Y, de ñapa, la candidatura del padre de ambos, Jorge Carvallo Delfín, ahora por el distrito de Orizaba y por el Movimiento Ciudadano, cuando antes había cacareado hasta el agotamiento que iría por Los Tuxtlas, y por MORENA, para enfrentar a su “hijo más ruin” en las urnas.
EL HELICÓPTERO DEL AMOR
Dice la publicidad de tales avioncitos: “El pionero de la familia Beechcraft… ha llegado a simbolizar una incesante búsqueda de la perfección”.
Y, bueno, si el gobernador de Morelos, panista Sergio Estrada Cajigal, 2000/2006, ganó fama con su helicóptero del amor que compró en 2 millones de dólares para paseos románticos, Carvallo junior, con su Jet Beechcraft hará sus travesuras a unos dos mil pies de altura volando sobre el Golfo de México, de cara al sol en el horizonte, metiéndose entre las nubes blancas blancas.
Un dandy morenito, pues. Un gentleman. Mister Carvallo, soñando, por ejemplo, con el paso siguiente: vender su modelo 1993 y comprarse, digamos, un avioncito de la llamada nueva generación Baron G58 que vuela “más lejos y más rápido… y con una cabina de primera calidad que ofrece el mejor paseo”.
Una tentación para las barbies que la fama pública registra suele coleccionar el candidato tuxtleco.
El placer de sentir la libertad más trepidante volando en el cielo… para olvidar aquellos años desventurados cuando su padre los abandonara por otra mujer y que ha sido la gasolina para odiar al hombre que le diera la vida.
Quizá algún mediodía por ahí se habría topado en las alturas con Édgar Spinoso Carrera, aquel que fue despedido de la SEV porque “defraudó mi confianza”, volando en su Cessna modelo 70, de cuatro plazas que, dice, fue herencia de su papá, César Spinoso, el lugarteniente de Arturo Izquierdo Hebrard recluido en la cárcel de Lecumberri por delitos contra la salud.