Incluso, el tema central serí­a la sublevación femenina en un paí­s y, por añadidura en un Veracruz machista, donde el club de Tobi predomina en los llamados tres niveles de gobierno, es decir, el municipal, el estatal y el federal.

Tal obra literaria adquirirí­a una dimensión estelar incluyendo que el cacique priista, Ricky Ricky Ricky Garcí­a Guzmán, a la sazón, contralor del gobierno de Veracruz por segunda ocasión, igual que sus antecesores caciquiles en el mundo, ha empezado a heredar el poder a sus hijos.

Y emperrado con tal obsesión, quiso desafiar el mundo.

Pero fracasó.

El trí­o de mujeres le salió bragado, entrón y peleador callejero.

La historia es la siguiente y se describirá paso a paso como si cada puntito fuera un capí­tulo del dramón en el norte de Veracruz.

DISPUTA POR LA CURUL

1) El cacique Garcí­a Guzmán, expresidente municipal, exdiputado y excontralor, doctorado, parece, en Administración Pública y/o algo así­, impuso a su hijo Ricky, primero, de gerente de las tiendas ISSSTE con su amigo Miguel íngel Yunes Linares.
Luego, diputado local por el PAN de Yunes Linares.

Después, presidente municipal por el PRI de Javier Duarte, considerando, como alardea él mismo, de que desde hace más de cuatro años desayuna, come o cena una vez cada semana con el gobernador y, por tanto, está más cerca del jefe máximo que, digamos, Adolfo Mota, quien en su tiempo de titular de la Secretarí­a de Educación, se ufanaba de hablar con el góber 20 veces al dí­a.

Ahora, soñó con la candidatura a diputado federal por el PRI duartista para su hijito.

2) Pero, al mismo tiempo, la sí­ndica del Ayuntamiento de Pánuco, Sofí­a del Sagrario de León Maza, hermana de Manuel, exdirector del Instituto de Pensiones con Patricio Chirinos y director administrativo de la Secretarí­a General de Gobierno con Érick Lagos y Gerardo Buganza, también peleó la candidatura priista a la curul federal.

Y las partes se enfrentaron en un duelo partidista…y aun cuando durante algunos dí­as, unas semanas, Sofí­a del Sagrario se perfilaba, incluso, y en base a la llamada cuota de género, de pronto, zas, quedó descarrillada para entronizar al hijito del cacique como el favorito.

3) Entonces apareció en escena otra mujer. La regidora panista Stephanie San Martí­n Guzmán denunciando que tení­a tres meses que el alcalde, el hijito del cacique, estaba ausente de sus funciones edilicias.

Pero, además, reclamaba obra y servicios públicos.

Es más, hasta publicó una página en tres periódicos de En Pánuco, dos mujeres panistas y una priista descarrilaron al cacique huasteco, Ricky Ricky Ricky Garcí­a Guzmán” Tampico, Tamaulipas, cuyos voceadores fueron bloqueados en Pánuco cuando llegaron a venderlo.

En el fondo, también abrí­a brecha para la candidatura a diputada federal de la panista Rocí­o Guzmán de Paz, ex diputada local y federal.

4) El hijito del caciquito reviró en contra de la regidora panista con una página en el Diario de Xalapa para que el gobernador la viera, donde la señalaba de cosas infantiles como, por ejemplo, de que durante un tiempo faltó a las sesiones de Cabildo porque estaba embarazada.

Además, eludió los puntos centrales de la denuncia de la regidora.

LA MANO AZUL DEL CACIQUE HUASTECO

5) Mientras, el PAN seguí­a moviéndose.

Por ejemplo, la candidatura al Congreso de la Unión estaba entre Alma Viridiana Betancourt del íngel, esposa del exalcalde de Ozuluama, Noé Azael Villegas, y Patricia Hernández Leyton, militante azul de Pueblo Viejo.

También se anotaba Rocí­o Guzmán de Paz, la exdiputada federal que tan buena imagen dejara en la población… que según el balance del caciquito, Ricky Garcí­a Guzmán, si su hijito, el presidente municipal, iba de candidato, entonces, el hijito enfrentarí­a una derrota anunciada, no obstante tener de su lado el recurso oficial.

Así­, el caciquito metió la cizaña en el PAN, que conoce a imagen y semejanza, dada su relación fraternal con Miguel íngel Yunes Linares, quien le ha abierto la puerta cada vez que lo necesita en la cuestión partidiaria y como parte de su chantaje a la elite priista.

Primero, empujó la candidatura de Rubén Gámez del íngel, a quien muchos en el distrito consideran un seudopanista.

Y luego, sembrada la cizaña, se movió para imponer a Patricia Hernández Leyton de candidata… a modo.

Tal cual, su hijito, el alcalde, tendrí­a tierra fértil para ganar de calle la elección.

DERROTAN LAS MUJERES AL CACIQUITO

Pero…lo que nunca el caciquito previó ni menos, mucho menos, vislumbró fue que Rocí­o de Guzmán de Paz renunciarí­a al PAN.

Pero, más todaví­a, se aliarí­a con la priista Sofí­a del Sagrario de León Maza, la sí­ndica que el caciquito habí­a menospreciado, para buscar juntas la candidatura a la curul federal.

Fuera por el PRI. Fuera por otro partido. Fuera una candidatura ciudadana. Lo que fuera.

Y el caciquito… reculó.

Por eso es que de pronto, la elite del CDE del PRI supo que Ricky Ricky Ricky Garcí­a Escalante declinaba la nominación y decidí­a continuar al frente de la presidencia municipal y otorgar la cuota de género, oh paradoja, a las mujeres.

La priista Sofí­a del Sagrario como candidata priista y la expanista, Rocí­o de Guzmán como la suplente.

PRI y PAN abrazados, como hermanos gemelitos, sin envidias ni celos tipo Caí­n y Abel, y en donde, además, tienen de aliada a la brava regidora panista Stephanie San Martí­n Guzmán, la pesadilla del hijito del caciquito.

Ahora, al hijito sólo le queda saquear las arcas municipales, de igual manera como su padre fue acusado por el mismo Cabildo de daño patrimonial por 12 millones de pesos a la Comuna cuando fue alcalde, en el año 2008.

EL CACIQUE SABE ODIAR

El cacique huasteco es así­: en el ejercicio del poder suele odiar. Ha odiado, por ejemplo, a los compañeros del gabinete, como por ejemplo, en el alemanismo, cuando dado su rencor en contra de Alejandro Montano Guzmán, el súper secretario de Seguridad Pública, le mentaba la madre.

Su resentimiento también llega a lo siguiente: en el fidelato solí­a filtrar documentos en contra de Mauricio Audirac Murillo, titular del Órgano de Fiscalización Superior, a quien desde entonces odiaba.

El peor berrinche de su vida fue cuando Javier Duarte nombró a Audirac como el quinto secretario de Finanzas y Planeación que él sentí­a le pertenecí­a. Luego, fue enviado a la Contralorí­a para ocupar la silla que dejaba Audirac.

También odiaba a Fidel Herrera. Cada vez que en una plática el góber fogoso y gozoso relumbraba, el cacique huasteco enfurecí­a. Y se mofaba… de su fealdad.

Es más, según le convenga suele soltar información privilegiada, incluso, hasta en contra del gobernador.

Tal cual se ha mantenido en el poder polí­tico. Así­ la vida pública le ha funcionado. Tira la piedra y esconde la mano.

Ahora, ni hablar, un trí­o de mujeres lo acorraló. Por eso el animal de la selva que más se parece a un polí­tico es el elefante, quien tiene un miedo atroz al ratón.

En polí­tica, pues, nunca hay enemigo pequeño.

Dos mujeres panistas y una priista han empezado a remover su cacicazgo norteño…