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A Mil por Hora
Martes 27 enero, 2015

Barbarie en Veracruz

¿En qué momento comenzó a pudrirse la tierra jarocha y sigue pudriéndose para llegar al caso de un reportero, Moisés Sánchez, que fue secuestrado, degollado y todo su cuerpo cercenado “en cachitos” como quien destaza un cerdo?
El colmo del salvajismo: el alcalde de Medellí­n ordenó a su chofer, jefe de escoltas y subdirector de seguridad contratar a seis policí­as para el operativo

El informe del Fiscal de Veracruz sobre el secuestro y asesinato del reportero y editor del periódico La Unión, de Medellí­n, Moisés Sánchez Cerezo, deja atónito, sorprendido, hipnotizado, electrizado, al ciudadano.
Por los siguientes hechos y circunstancias:

Luis Velázquez

  • Moisés Sánchez. Degollado y cercenado “en cachitos”. ¿Por qué tanta saña en el Veracruz de la bamba y el tilingo tilingo?

Uno. Lo levantaron de su casa. Y lo degollaron. Y lo cercenaron en pedacitos. Y lo metieron en una bolsa. Y lo tiraron en el poblado de Jamapa, limí­trofe de Medellí­n.

Por eso, el contribuyente que paga impuestos para recibir a cambio servicios públicos, entre ellos, la seguridad, se pregunta, como Zavalita en la novela Conversaciones en la catedral, de Mario Vargas Llosa, ¿en qué momento se pudrió Veracruz? Pero también, ¿por qué Veracruz sigue pudriéndose?

El 2 de julio de 2013, el gobernador Javier Duarte platicó con el periódico El Paí­s y dijo, textual:

“Somos el único Estado y lo digo con mucho orgullo que ha podido pasar de una situación crí­tica a una de total estabilidad”.

También expresó lo siguiente:

“Veracruz ha dejado de ser noticia en lo que se refiere a delincuencia y dejamos de estar en la lista negra de Estados violentos”.

Pero, bueno, la forma en que asesinaron a Moisés Sánchez expresa la barbarie a plenitud en el Estado creador de la bamba y el tilingo tilingo.

Habrí­a, incluso, de preguntarse si la barbarie con que el colega reportero fue ejecutado es igual de dramática que el plagio de la niña Karime Alejandra, de 5 años, originaria de Coatzacoalcos, que fue asesinada y sepultada en una fosa clandestina.

Y/o del bebé fusilado al lado de su madre y su padre y dos hermanos en un poblado de Paso de Ovejas.

Y/o de los cuatro niños secuestrados y desaparecidos hasta la fecha en el poblado de Mata Loma, de Manlio Fabio Altamirano.

Y/o del bebé asesinado en brazos de su madre cuando en la carretera de Tempoal a Pánuco los malosos acribillaron a tres autobús de pasajeros.

La barbarie en Veracruz.

¿Por qué tanta saña?

¿Por qué llegamos a tal estado de cosas y hechos y circunstancias?

Cada cientí­fico social, cada polí­tico, cada sociólogo, cada psicólogo, cada sacerdote, cada ciudadano, tendrá su versión.

Pero los hechos son los hechos, inalterables.

EJE ALCALDE, POLICíAS Y CARTELES

Todaví­a peor: el informe del Fiscal resulta avasallante y deja sin respiración al más bragado.

Uno. El presidente municipal de Medellí­n, Omar Reyes Cruz, panista, ordenó a su chofer, escolta y subdirector de la Policí­a Municipal que se encargara del secuestro y crimen porque el periodismo de Moisés Sánchez “estorbaba”, pues “alborotaba el panal”, por el delito y el pecado mortal de informar de los sucesos de la vida cotidiana en el pueblo.

Dos. El chofer, escolta y subdirector de la Policí­a Municipal, contrató, según las versiones, al ¿ex? policí­a, Clemente Noé, para encargarse del operativo, y quien a su vez contrató a cinco ¿ex? policí­as (Harry, Chebo, Moy, Piolí­n y Olmos, por sus apodos) para apoyarse.

Tres. Los seis ¿ex? policí­as cometieron la barbarie… a cambio de la venta de drogas en Medellí­n.

Cuatro. Pero, además, el chofer, escolta y subdirector de la Policí­a Municipal…involucró a más policí­as que le entraron al contubernio, también, a cambio de la venta de drogas.

Cinco. Policí­as y/o expolicí­as, visualice el lector en manos de quiénes estaba la seguridad en la vida y en los bienes de los habitantes de Medellí­n.

Pero, además, ¿durante cuánto tiempo estuvieron así­ laborando en el Ayuntamiento, quizá, desde anteriores alcaldes?

Seis. Todos los policí­as y/o ¿ex policí­as? formaban parte de una banda de malosos vendedores de droga, ellos que con el uniforme, la cachucha, la pistola, la macana y el tolete, y la patrulla policiaca representan a la autoridad.

Siete. ¿La banda de traficantes de droga, todos policí­as y expolicí­as, se afirma, actuaban por cuenta y/o por el contrario, sus pistas llevan a un cartel de la delincuencia organizada?

Por eso, una vez más, vale preguntarse ¿en qué momento se jodió Veracruz y por qué Veracruz sigue jodiéndose, porque ni modo que el caso de Medellí­n en su cuerpo policiaco signifique un hecho aislado?

NADIE FRENÓ MEGALOMANíA DEL ALCALDE

El Fiscal ha anunciado que solicitará el desafuero del presidente municipal de Medellí­n para proceder a su captura.

De seguro, desde el domingo en la tarde lo han de tener vigilado para evitar que escape, de igual manera como ocurriera con el entonces procurador Felipe Amadeo Flores Espinoza cuando anunció la solicitud del desafuero de Sara Luz Herrera como presidenta municipal de Alvarado, acusada del asesinato de su secretario particular, a quien, igual que Omar Reyes Cruz, aseguraba que le guardaba cariño, afecto y respeto.

Además, habrí­a de asentar lo siguiente:

Primero. Omar Reyes Cruz llegó a la alcaldí­a y luego enseguida aprendió el oficio.

Por ejemplo, denunció que interpondrí­a una denuncia penal contra el exdirector del SAS, Sistema de Agua y Saneamiento, José Ricardo Ruiz Carmona, por daño patrimonial por 680 millones de pesos.

Nunca la interpuso. De pronto, zas, el silencio. Las versiones fueron que habí­a sido cooptado por el duartismo.

Segundo. Entonces, mostró el puño y metió a unas 16 gentes, entre familiares y amigos, a trabajar a SAS, que tení­a y tiene una nómina excesiva de unos 400 trabajadores.

Tercero. Igual que los Abarca en Iguala, Guerrero, compartió el poder con su esposa y su cuñada, y empezaron a cometer atropellos, sin que nunca, jamás, fuera recomendado por el Congreso, ni menos vigilado.

Cuarto. Entonces, sintió que Medellí­n le pertenecí­a y se excedió en el ejercicio del poder constitucional.

Una cosita llevó a la otra. Incluso, el CDE del PAN, con Pepe Mancha y Domingo Bahena, lo acompañaron cuando se presentó en la Fiscalí­a para garantizar sus manos limpias de sangre.

Es más, el PAN advirtió al gobierno de Veracruz que estaba politizando el secuestro de Moisés Sánchez, porque ahí­ vienen las elecciones de diputados federales.

Por fortuna, el gobernador Javier Duarte se mantuvo en su postura de investigar los hechos y el Fiscal pudo avanzar, no obstante las presiones del PAN de Gustavo Madero.

Por un lado, actuó y respondió a la expectativa, gracias, entre otras cositas, a las presiones.

Por el otro, sin embargo, una vez debemos preguntarnos las razones por las cuales hemos llegado a la barbarie en la tierra jarocha.

PRIMER REPORTERO EJECUTADO POR ESCRIBIR

Está claro que Moisés Sánchez fue plagiado y degollado y cercenado por su ejercicio periodí­stico.

“Estorba” dijo el alcalde.

“Está alborotando el panal”, reiteró.

Así­, el presidente municipal convertido en señor de horca y cuchillo, dueño de la hacienda porfirista llamada Medellí­n, está ahora señalado como autor intelectual del crimen.

Pero…, entonces, por qué llegamos a tal nivel de barbarie?

¿Y el trabajo vigilante del resto de ediles, sí­ndico y regidores?

¿Y el trabajo vigilante del diputado local?

¿Y la Fuerza Civil, y el Veracruz seguro?

¿Y cómo están las finanzas municipales?

¿Y la lupa del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, y de la Comisión de Vigilancia del Congreso local, integrada por 11 diputados locales?

Alguien por ahí­ dice que la polí­tica es prevención.

Ajá.

PODREDUMBRE POLICIACA

Mal inició el año en Veracruz para los cuerpos policiacos.

Por ejemplo, seis policí­as de Orizaba están detenidos acusados de una desaparición forzada.

Por ejemplo, desde el gobierno federal hay la orden de desaparecer a los policí­as municipales, pues como dijera el presidente de la república, están filtrados. Se corrompieron.

Antes, en el transcurso del duartismo:

Los siete policí­as detenidos en Tuxpan, Alberto Silva Ramos alcalde, acusados del crimen de un marino cuyo cadáver apareció flotando en el rí­o.

Los siete policí­as detenidos en Poza Rica, Alfredo Gándara Andrade alcalde, señalados de ligas con los carteles.

Los nueve policí­as detenidos en Peñuela por el secuestro y muerte de un maestro del SNTE.

Los cinco policí­as detenidos en Fortí­n por sus malas amistades.

Los 17 policí­as detenidos en Cosamaloapan, Homero Arróniz alcalde, por sus amistades peligrosas.

El desmantelamiento del cuerpo policiaco de Tres Valles, incluido el comandante, porque estaban filtrados por los carteles.

Los 38 policí­as estatales (quizá más) porque les comprobaron sus relaciones peligrosas con los señores de la droga.

Los policí­as ocupando el primer lugar en la Comisión Estatal de Derechos Humanos.

Ahora, los policí­as de Medellí­n.

Policí­a de elite la llamada Fuerza Civil. Un policí­a raso gana 8 mil pesos mensuales. Un policí­a de más alto rango, 15 mil pesos mensuales.

¿Cuánto gana al mes un policí­a que vende droga, como en el caso de Medellí­n?

¿Cuánto gana un policí­a al mes por servir de “halcón” de los malosos?

¿Con cuánto sale al mes un policí­a que también le entra a los sórdidos operativos de los carteles y cartelitos?

RAZONES DE UNA CORRUPCIÓN

¿Por qué son tan blandos los policí­as para ser cooptados por los carteles y cartelitos?

Uno. Los bajos sueldos y el billete fácil.

Dos. La ambición inescrupulosa.

Tres. La ausencia de principios firmes y sólidos.

Cuatro. La corrupción en escalera que viene de arriba para abajo.

Cinco. Un sistema policiaco podrido en forma piramidal.

Seis. Las desviaciones humanas.

Siete. Una, casas chicas.

EN 40 DíAS GUTIÉRREZ BARRIOS PACIFICÓ VERACRUZ

Más todaví­a: ¿en qué momento empezó a desviarse el presidente municipal, Omar Reyes Cruz, panista, oh mi Gómez Morin, oh mi Gustavo Madero, oh mi Pepe Mancha, oh mi Domingo Bahena, inmolándose en nombre de la ética?

¿Por qué el alcalde de Medellí­n llegó a tales niveles de abusos y excesos del poder, sin que nadie lo frenara, le pusiera un dique, un alto?

¿En qué momento se pudrió Veracruz?

¿Y por qué sigue pudriéndose?

40 dí­as bastaron a Fernando Gutiérrez Barrios para pacificar el Veracruz turbulento y revuelto heredado por Agustí­n Acosta Lagunes.

Uno. El encarcelamiento del cacique de la sierra de Huayacocotla, Luis Rivera Mendoza, y sus pistoleros, por el asesinato de una familia, tiro de gracia hasta un bebé, 7 dí­as después de tomar posesión don Fernando como gobernador.

Dos. El encarcelamiento de los caciques de la sierra de Chicontepec, los hermanos priistas, Justo y Roberto Cabrera, señores de horca y cuchillo.

Tres. El encarcelamiento del cacique sureño, Cirilo Vázquez Lagunes, acusado de posesión de armas de uso exclusivo del Ejército.

Cuatro. El cacique de la región centro de Veracruz, Toribio Gargallo, puso “sus barbas a remojar” y huyó de Veracruz.

Dos años después, Gutiérrez Barrios secretario de Gobernación, Dante Delgado gobernador sustituto, Toribio Gargallo regresó a Córdoba y semanas después murió en un enfrentamiento con la policí­a.

La paz y la tranquilidad quedaron así­ restablecidas.

Luego, llegó Patricio Chirinos Calero y José Albino Quintero Meraz, miembro de un cartel que llevaba hasta el gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva, alcanzó el esplendor, y así­ caminó el sexenio.

Después, con Miguel Alemán Velasco, Quintero Meraz se convirtió hasta en su vecino en el fraccionamiento Costa de Oro, de Boca del Rí­o, tiempo aquel cuando tení­a 12 casas de seguridad en tal unidad habitacional.

Con Fidel Herrera, los carteles entraron en disputa por la plaza Veracruz y todos alcanzaron “la plenitud del pinche poder” a cambio de que operaran; pero sin tanto reality-show de fuego cruzado, muertos, secuestros, desapariciones y fosas clandestinas.

Si Veracruz se pudrió así­, entonces, ¿por qué el Veracruz seguro (militares y navales) y la Fuerza Civil (los policí­as de elite del duartismo) y las corporaciones policiacas están rebasadas?

DESENCANTA GABINETE DE SEGURIDAD

El mismo dí­a cuando tomara posesión como procurador de Justicia, Luis íngel Bravo Contreras alardeó de que “los carteles habí­an huido a las regiones montañosas de otras entidades federativas”.

Ahí­ se conoció su gran vocación artí­stica como showman.

Está claro que los carteles siguen aquí­.

Está claro que han filtrado a las fuerzas de seguridad.

Está claro que también hay cartelitos como ha sostenido el procurador de Justicia de la nación, Jesús Murillo Karam, hablando de la nación.

Okey.

Pero, entonces, ¿por qué Veracruz sigue pudriéndose y se ha llegado, una vez más, a la barbarie, en que el reportero, editor del periódico La Unión, activista social y “conductor de taxi”, Moisés Sánchez, fue levantando y desaparecido y degollado y cercenado “en cachitos” y tirado en una bolsa en la ví­a pública?

¿Por qué los malosos han caminado en Veracruz con tanta saña, sin que el Estado de Derecho ponga orden, de igual manera como Fernando Gutiérrez Barrios en los 30 dí­as de diciembre de 1986 y 19 dí­as del mes de enero de 1987?

Duele, lastima, decepciona y desencanta el Veracruz que vivimos y padecemos.


2 comentario(s)

Guerever 28 Ene, 2015 - 23:31
El cacique de Amajac, Ver. su nombre Luis Mendoza Rivera, la descomposición se debe, además, de lo que dice y señala en su articulo Don Luis Velázquez, a la immmmmmppppppppuuuuuuunnnnniiiiiiiddddddaaaaaaaddddd que hemos permitido todos Veracruzanos y Mexicanos

wilber mota 27 Ene, 2015 - 23:53
duel Veracruz, duele mexico, duele tanta muerte, tannta furia tanto crimen .. duele saber que seguiran apareciendo cadaveres mutilados, duele porque lo que nos quieren imponer es el teror... duelen las investigaciones, las acusaciones sin sustento.. duele la mentira, y la verdad tambien les duele...

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